No dicen adiós, sino hasta pronto, tal vez Navidad, aunque el mazazo ha sido casi el mismo, ya que el Fornet de la Soca del edificio de Can Corbella abrió hace menos de tres meses, el 29 de agosto, contra viento y marea. Parecía que el tradicional horno de pan podría superar la crisis de la covid y su propietario, Tomeu Arbona, confiaba para ello en el cliente local debido a la falta de turistas. Sin embargo, las ventas han sido insuficientes durante esta segunda ola de la pandemia del coronavirus.

El establecimiento ubicado en el citado inmueble protegido de la plaza de Cort baja la barrera de forma temporal, a la espera de «tiempos mejores», afirman en las redes sociales. No obstante, Arbona apunta que quizás las próximas fechas navideñas sean propicias para volver a recibir a los clientes. A ellos les dedica uno de sus mensajes por internet, ya que da las «gracias a todos los que estáis apoyando el pequeño comercio local. Sois nuestra esperanza», añaden emotivamente. Los dueños, Arbona y su mujer, María José Oreo, continúan al frente del otro local, el situado en la plaza Weyler número 9, donde ofrecen sus conocidos dulces y panes tradicionales.

Continúa abierto el establecimiento de la plaza Weyler, donde estaba el antiguo Forn des Teatre

El sueño del alma mater era y sigue siendo recuperar el centro para el pequeño comercio frente a las multinacionales que lo han copado los últimos años. Su primer negocio nació con la crisis de 2008 tras quedarse sin trabajo y ahora espera que la nueva acabe pronto y pueda reabrir el local del emblemático Can Corbella.