Luis Enrique tenía una conversación pendiente con Luis Rubiales. De amigo a amigo. O eso esperaba él. Pero resultó ser de seleccionador a presidente de la federación Española de Fútbol. Y la charla sobre su futuro en el banquillo de la absoluta no fue especialmente larga. El técnico esperaba una conversación más distendida con el ‘presi’ y con José Francisco Molina, director deportivo, para sondearles porque en su cabeza revoloteaba la idea de proponerles seguir hasta junio. Pero la realidad es que no hubo resquicio para ello. Otra cosa que sorprendió al asturiano, y que no prometía nada halagüeño, eran las prisas con la que se producía esta conversación, ni 24 horas después de aterrizar en España procedentes de Catar. Apenas 48 de ser eliminados por Marruecos.  

El vestuario con Lucho

Al técnico el cuerpo le pedía seguir hasta la Final Four de la Nations League, porque entendía que se había ganado el derecho a dirigir al equipo tras clasificarlo en Portugal. Le apetecía sacarse la espina de la derrota en la final de la anterior edición ante Francia. Y a eso sumaba otra razón poderosa: sabía que tenía al vestuario de su lado. Muchos jugadores pensaban que el ciclo con Lucho no estaba terminado y así se lo hicieron saber. De hecho, Luis Enrique no se ha llegado a despedir formalmente de los jugadores en persona porque no había tomado una decisión sobre el futuro.

Sin embargo, en la Federación la idea era diferente. Querían una apuesta para los próximos cuatro años. Entendían que deben darle tiempo al próximo inquilino del banquillo para trabajar de cara a la Eurocopa que se disputará en poco más de año y medio, junio de 2024, en Alemania. Luis Enrique rechazó la renovación en 2022, algo que descolocó a la Federación y enfrió un poco el ambiente, pero más aún incomodó a los dirigentes saber que el asturiano sopesaba extender su contrato, que acababa este 31 de diciembre, hasta junio y luego quedar libre. Y ha sido tras el fiasco de Catar, cuando la Federación ha sido categórica con Luis Enrique, a sabiendas de cuál sería su elección: cuatro años más o dejar paso a otro. 

Según advirtió el comunicado de la Federación, “la dirección deportiva ha trasladado al presidente un informe en el que se determina que debe arrancar un nuevo proyecto para la Selección Española de Fútbol (…) Tanto el presidente, Luis Rubiales, como el director deportivo, José Francisco Molina, han transmitido al técnico la decisión adoptada”. Arrancarían un nuevo proyecto con o sin él. 

De la Fuente, el elegido

Luis Enrique dijo el día que España cayó ante Marruecos en Catar: “Hay que ver qué es lo mejor para la selección”. Su marcha quedó sellada con esas palabras. Entonces comenzó a ganar peso la figura de Luis de la Fuente, un técnico de la casa que conoce bien a los jugadores porque la mayoría de los que han ido a Catar salen de la Sub-21 que él dirige. Pero también un entrenador sin experiencia en el fútbol de primer nivel, al no haber dirigido a clubes más allá de la Segunda B (Aurrerá, Bilbao Athletic y Alavés).

Quien se queda fuera de la fotografía era Marcelino García Toral, la alternativa que ha manejado siempre la Federación para el banquillo y un técnico que ha renunciado a ofertas del Sevilla, Olympique de Marsella, Wolverhampton o incluso de un Villarreal que le sondeó sin ofrecerle nada en firme, esperando una llamada de Molina. El asturiano tenía el apoyo casi unánime de la Federación, y es ese casi lo que ha decidido finalmente que el elegido sea De la Fuente. Extraoficialmente el problema es que su estilo de juego, 4-4-2, chocaba con la propuesta que se trabaja en las categorías inferiores de la selección. En realidad se deslizaba que era un entrenador más cortoplacista de lo que necesita una selección, que, por otro lado, busca recuperar la senda de los títulos sin éxito pese a haberlos rozado con Luis Enrique en la Nations League (final) y en la Eurocopa (semifinal).  

Pero la marcha de Luis Enrique no era la única noticia del día. Inesperadamente, y de forma paralela al cambio de seleccionador, se produce la marcha del director deportivo de la Federación Española de Fútbol, José Francisco Molina, quien ha aprovechado que Luis Enrique dejaba la puerta al irse para salir también. Precisamente en un informe de Molina se ha escudado Rubiales para tomar la decisión de suplir a Luis Enrique. A Molina le sucederá Albert Luque, pero con un cargo menor. Molina y Luque fueron compañeros en el Deportivo, donde también coincidieron con el que era seleccionador sub’19 y a partir de hoy es segundo entrenador de la absoluta, Pablo Amo, un madrileño 'de adopción'. Día de muchas decisiones tomadas con muchas prisas en la Federación. El tiempo irá desvelando el por qué.