Demostrar que el cuerpo humano es maravilloso y que cada día hace un trabajo extraordinario de equilibrio y perfección es lo que ha llevado a Teresa Arnandis a escribir ¡Eres un milagro andante!, un libro con el que la doctora también pretende evitar que se ponga en riesgo al organismo con cirugías para mejorar la estética.

«Quiero que la gente se asombre con su propio cuerpo, que sepa que somos singulares y perfectos y que no hay necesidad de adaptarnos a ningún canon externo», explica la doctora en una entrevista con Efe, en la que resalta que todos los días el corazón bombea 8.000 litros de sangre, los riñones filtran 180 litros de sangre y al final del día orinamos 1,5 litros.

¡Eres un milagro andante! (Paidós) es un recorrido por todos los órganos y sistemas del cuerpo humano, «desde todo lo que hay en el interior de nuestras células, hasta cómo funcionamos a nivel global» para que la gente lo conozca y lo quiera.

Además, Arnadis -conocida como Lady Science en su tarea divulgativa en las redes- ha trufado el texto, que quiere que «impacte» a las nuevas generaciones, de preguntas curiosas que permiten al lector controlar la ansiedad, conocer si ya han besado al amor de su vida, saber por qué los medicamentos detectan dónde te duele o si existe el punto G.

Controlar la ansiedad

Cuando se siente ansiedad, porque «nos asaltan preocupaciones o cosas que igual ni suceden», Arnandis, también licenciada en Farmacia, recomienda «anclarse al presente usando los sentidos, oliendo, tocando o saboreando algo» porque al cerebro le llegan estímulos que ayudan a volver al presente para que, «con suerte», la preocupación se vaya.

También aconseja respirar lentamente o de forma abdominal para activar el nervio vago -que sale de la médula espinal y controla todos los órganos centrales del cuerpo- y relajarse así con el «hackeo» del cerebro.

Técnica numérica para dormir

Inspirar contando cuatro, contener el aire mientras la cuenta llega a siete y exhalarlo en ocho, es la técnica numérica que la doctora recomienda hacer -dos o tres veces- para quedarse dormido. Con ella se consigue que la sangre alcance el equilibrio necesario entre el oxigeno y el dióxido de carbono para que se relaje el sistema nervioso.

Aconseja dormir desnudo porque así no hay nada que comprima el cuerpo, lo que facilita la circulación de la sangre. Además, si no se lleva nada, el cuerpo se calienta internamente y favorece el metabolismo, y se evita que se acumulen bacterias anaerobias en las zonas húmedas que se queden sin cubrir.

Y también hacerlo en postura fetal por el lado izquierdo, para que haya una buena limpieza del cerebro y un buen funcionamiento de los órganos, mientras asegura que «lo peor» es dormir boca arriba o boca abajo porque la espalda no está recta y se aplasta la cara y los órganos.

Más Platón y menos antidepresivos

«Platón es una opción sostenible», asegura Lady Science, al advertir de que «la modificación temporal de la química cerebral con fármacos solo sirve un rato», por lo que recomienda replantearse la vida y encontrar lo que ilusiona.

Pese a ello, reconoce que las pastillas pueden ser útiles para utilizar «ese bienestar temporal que proporcionan y encauzar la existencia de quienes están tristes o deprimidos».

Ante situaciones difíciles, apunta a que, «como al final todo está en la hemodinámica o en flujos de sangre», la ingesta de café, té o chocolate hacen que el corazón lata más fuerte y llegue más sangre al cerebro, lo que le da «inspiración, vida y bienestar» sin causar perjuicios, a diferencia de que lo ocurre con otras drogas.

«Hay que buscar sustancias que den beneficios, pero no efectos adversos», recalca.

El punto G femenino

«El órgano de placer femenino es el clítoris, con sus troncos que rodean la vagina». Así de claro lo tiene la bioquímica, quien detalla que cuando se estimula la vagina se están estimulando nervios clitorianos.

«El punto G es realmente una confluencia de nervios clito-uretro-vaginales que se juntan, lo que provoca que algunas mujeres sientan placer en esa zona, en la que no existe tal alubia, ni tal punto ni tal cosa», y recuerda Teresa Arnadis que sus «descubridores» se tuvieron que desdecir y crearon muchas preocupaciones en parejas. 

«Lo que triunfa es el clítoris, lo otro pertenece a un patriarcado para que haya penetración», resalta la doctora. 

De la «histeria» a los estimuladores de clítoris

En el siglo XIX las mujeres eran diagnosticadas de histeria, una patología que englobaba insomnio, retención de fluidos o pesadez abdominal, entre otros síntomas. Para combatir el supuesto mal, los médicos de la época recomendaban dar un masaje clitoriano, ya que, indica la doctora, «la solución era un paroxismo de convulsiones, lo que es el orgasmo básicamente».

Por eso, el doctor Joseph Mortimer Granville inventó el primer vibrador: «Los médicos se cansaban de los tocamientos manuales».

Besar al amor de tu vida

«Todo es cuestión de química y de compatibilidad genética», según la experta en biomedicina, que asegura que algunos besos «son desagradables y otros saben a gloria». Eso se debe a que el órgano vomeronasal detecta sustancias que no percibimos de forma consciente, pero que están afectando a cómo nos sentimos.

Estas sustancias son las feromonas, que informan del estado de salud y la compatibilidad genética de la otra persona porque «sistemas inmunes excesivamente similares no van a ser compatibles».

«Eres compatible con una persona que tenga un sistema inmune un poco diferente, porque así te aseguras que tu descendencia lo va a tener fuerte. Es algo inconsciente, que hace que te guste el olor de una persona y no te guste el de otra», enfatiza Arnandis.