Más de 55.000 personas, 613 de ellas niños y el 70 % del total sin diagnosticar, se calcula que viven en España con Chagas, una enfermedad parasitaria importada, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

La investigación, que publica la revista Travel Medicine and Infectious Disease confirma que la infección por Trypanosoma cruzi podría ser la enfermedad parasitaria importada más común en España.

La enfermedad de Chagas, una infección causada por el parásito T. cruzi, es endémica en 21 países de América central y del sur, donde se transmite principalmente por la mordedura del insecto vinchuca.

Según el ISGlobal, centro impulsado por ‘La Caixa’, debido a los flujos migratorios, la enfermedad se ha vuelto común también en zonas no endémicas, donde se transmite principalmente de madre a hijo (Chagas congénito), y en menor medida mediante transfusiones de sangre o trasplantes de órganos.

Debido al alto número de personas migrantes latinoamericanas, España es, fuera de América, el país con la mayor carga de la enfermedad, aunque también hay Chagas en otros países europeos como Italia o Suiza.

«A pesar del riesgo de transmisión, pocos países han implementado medidas de control adecuadas en bancos de sangre y de órganos, o en servicios de atención antenatal», ha explicado Ana Requena, que dirige la línea de investigación sobre migración y salud en el ISGlobal.

A partir de datos oficiales de diversas fuentes, recogidos entre 2010 y 2018, Requena y su equipo han calculado la prevalencia de la enfermedad y el número de pacientes tratados.

El análisis estima que 55.367 de los 2,6 millones de migrantes provenientes de países endémicos viven con la infección por T. cruzi, y más de la mitad de los casos, el 54 %, son personas que provienen de Bolivia, donde la prevalencia de la enfermedad es muy elevada.Además, según el estudio, de las casi 800.000 mujeres migrantes en edad reproductiva, 23.382 de ellas estaban afectadas en 2018.

Esto significa que el índice de personas infradiagnosticadas en España es elevado, alrededor del 70 % (del 68 % para mujeres en edad reproductiva), aunque las diferencias entre CCAA son considerables.

Según el ISGlobal, estas diferencias pueden deberse a diferentes políticas de acceso al diagnóstico y tratamiento, así como a programas de cribado antenatal y concienciación. Los investigadores indican que el índice de personas no tratadas también es elevado: un 82,5 % en personas mayores de 15 años y del 60 % en menores de 15 años.

«Gracias a los programas de cribado antenatal implementados en diferentes comunidades, la detección y tratamiento en la población infantil ha mejorado considerablemente», ha admitido Requena.

Sin embargo, la investigadora resalta que los resultados del estudio indican que España sigue siendo un país con alta prevalencia de Chagas, en el que un gran número de personas no están diagnosticadas ni tratadas, «incluyendo a mujeres en edad reproductiva, un grupo que debería ser prioritario». 

Los síntomas

Según información difundida por la Organización Mundial de la Salud , la enfermedad de Chagas tiene dos fases. Inicialmente, la fase aguda dura unos dos meses después de contraerse la infección. Durante esa fase aguda circulan por el torrente sanguíneo una gran cantidad de parásitos, pero en la mayoría de los casos no hay síntomas o estos son leves y no específicos. En menos del 50% de las personas picadas por un triatomino, un signo inicial característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado. Además, esas personas pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico. 

Durante la fase crónica, los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardíaco y digestivo. Hasta un 30% de los pacientes sufren trastornos cardíacos y hasta un 10% presentan alteraciones digestivas (típicamente, agrandamiento del esófago o del colon), neurológicas o mixtas. Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardíacas o insuficiencia cardíaca progresiva como consecuencia de la destrucción del músculo cardíaco y sus inervaciones. 

Los pacientes con enfermedad de Chagas están en riesgo de padecer síntomas graves en caso de contraer la COVID-19 por lo que deben ser un grupo prioritario para la vacunación: esta coronavirosis puede causar miocarditis, y la enfermedad crónica de Chagas suele producir estados protrombótico, alteraciones cardíacas y accidentes cerebrovasculares trombóticos secundarios. 

Tratamientos eficaces en la fase aguda  

La enfermedad de Chagas puede tratarse con benznidazol, y también con nifurtimox, que matan al parásito. Ambos medicamentos son eficaces casi al 100% para curar la enfermedad si se administran al comienzo de la infección en la etapa aguda, incluso en los casos de transmisión congénita. Sin embargo, su eficacia disminuye a medida que transcurre el tiempo de la infección. El tratamiento con esos medicamentos también está indicado en los pacientes al principio de la fase crónica, incluidas niñas y mujeres en edad fértil.