El tomate es una de esas verduras imprescindibles en la dieta mediterránea. Es muy consumido durante los meses más calurosos, ya que es la base del gazpacho y el salmorejo.

Originario del continente americano, fue introducido en Europa por los conquistadores españoles. No obstante, no fue cultivado con fines alimentarios hasta el siglo XVIII, cuando comenzó a hacerse realmente popular por su sabor y versatilidad.

Y ahora, una investigación liderada por el doctor David Murcia-Lesmes, investigador en Ciencias de la Alimentación y Nutrición, pone de manifiesto como el tomate “puede desempeñar un papel clínico favorable en la prevención y el tratamiento de la presión arterial elevada”, que es uno de los grandes problemas de salud.

¿Qué es la hipertensión arterial y por qué es peligrosa?

En España, 11 millones de personas tienen hipertensión arterial. Se trata de una afección en la que la presión que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es tan fuerte que puede causar otros problemas de salud: 

Archivo - Cultivo de tomate en un invernadero de Almería EUROPA PRESS - Archivo

Lo más preocupante de la hipertensión arterial es que se trata de una enfermedad silenciosa: no produce síntomas y en la mayoría de los casos pasa inadvertida.

El consumo excesivo de sodio es el principal factor de riesgo para padecer hipertensión arterial, aunque es un mineral muy importante para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, ya que controla la presión arterial, el volumen sanguíneo y permite que los músculos y nervios funcionen. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo de sal, con indiferencia de su origen, no exceda de los 5 gramos diarios. O lo que es lo mismo, una cucharilla de postre. Por su parte, la Fundación del Corazón especifica que solo necesitamos 1,25 gramos de sal al día.

Tomate: fundamental para reducir el riesgo de hipertensión arterial

La investigación, publicada en el European Journal of Preventive Cardiology, subraya que el consumo diario de un tomate, o en su defecto de productos cuya base sea esta verdura, reduce el riesgo de hipertensión arterial en un 36%.

Para llegar a esta conclusión, los autores han preguntado a 7.056 participantes, de los cuales el 82,5% de ellos son hipertensos, la cantidad diaria de tomate. Así, había personas que tomaban menos de 44 gramos diarios, aquellos que comían entre 44 y 82 gramos al día, entre 82 y 110 gramos y los que consumían más de 110 gramos cada día.

La conclusión fue que las personas que consumían una cantidad “intermedia” de tomate, es decir, entre 44 y 82 gramos diarios, la presión arterial, tanto diastólica (que se mide durante el descanso entre dos latidos) y sistólica (que se mide durante el latido del corazón).

Asociación entre tomate y presión arterial PREDIMED

¿Y por qué el tomate tiene este "poder"? Todo podría deberse a su alto contenido de licopeno, un carotenoide que da a algunas frutas y verduras su característico color rojo, como es el caso del tomate, y que es un potente antioxidante. Además, este componente también bloquea la producción de angiotensina, que regula la presión arterial.

“De acuerdo con nuestros resultados en hipertensión, una ingesta elevada de licopeno mejora la salud cardiovascular en participantes de edad avanzada y con sobrepeso al reducir el riesgo de accidente cerebrovascular”, resalta la investigación.

El licopeno es un potente antioxidante contenido en el tomate que le proporciona el color rojo. Adobe Stock.

Eso sí, “no existen alimentos "mágicos", pero hay que aspirar a una dieta variada y equilibrada, rica en frutas y verduras de temporada, baja en productos cárnicos con grasas saturadas y reducida en alimentos salados, azucarados, grasos o ultraprocesados”.

  • “Los hábitos alimentarios son complejos, pero según el estudio actual, un tomate al día puede ser un paso importante y mantener alejado al médico, al menos parcialmente”.

Tomate, una fuente de proteínas, carotenoides y vitamina C

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Según explican desde la Fundación Española de Nutrición (FEN), entre las vitaminas del tomate “cabe destacar el contenido en vitamina A, básicamente en forma de carotenoides provitamina A y vitamina C”. Una sola ración de tomate “cubre el 61% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C para la población general".

Respecto al licopeno, su cantidad depende de la variedad cultivada. Pero, el “tomate triturado o cocinado y su combinación con aceite, mejora la absorción del licopeno en nuestro organismo”.