En el origen del envejecimiento prematuro interviene un proceso de deterioro celular llamado estrés oxidativo que puede llegar a provocar, además, efectos nocivos más severos que las arrugas, las manchas y la flacidez. El daño en el interior de la célula puede afectar a distintos órganos y desencadenar enfermedades, problemas de memoria, dolores articulares…

1. ¿Qué es el estrés oxidativo?

Al inhalar el oxígeno necesario para el metabolismo celular –en el que la glucosa reacciona con el oxígeno para producir energía– se produce simultáneamente la liberación de una serie de “residuos”, llamados radicales libres. Los radicales son moléculas formadas por electrones impares y que tienden a robar un electrón a otras moléculas para lograr su estabilidad. Lo que sucede entonces, cuando una molécula pierde un electrón, es que se convierte asimismo en un radical libre que, a su vez, puede robarle uno a otra molécula y empezar una reacción en cadena

Aunque tienen mala fama, estas moléculas altamente reactivas son necesarias –en las concentraciones adecuadas– para que nuestro organismo funcione correctamente, ya que interviene en varios procesos celulares vitales y son necesarios para luchar contra virus y bacterias. 

Los radicales libres se están generando continuamente y de forma natural en nuestro organismo, pero su acción está contrarrestada por los antioxidantes. Esto es lo que se conoce como el equilibrio “redox”. Sin embargo, cuando hay un exceso en la producción de radicales libres (por diferentes motivos como la exposición a radiación ultravioleta, una dieta inadecuada, el estrés, el tabaco…) y los antioxidantes no son suficientes para neutralizarlos, se rompe este equilibrio y se produce una situación de “estrés oxidativo” con sus consecuentes efectos nocivos. 

El estrés oxidativo es el causante del envejecimiento prematuro. Khorzhevska

2. ¿Cuáles son las consecuencias en la salud?

Aunque el envejecimiento de las células es un proceso natural normal, el incremento de la actividad oxidativa en el interior de la célula origina un cambio estructural y funcional que acelera su envejecimiento y favorece la muerte celular. Esto conlleva daños en los tejidos y favorece la aparición de tumores. 

Este deterioro puede afectar a todos los órganos y sistemas (desde la piel al corazón, al aparato circulatorio, el respiratorio, el gastrointestinal, la vista…), originando enfermedades de distinta gravedad: diabetes, accidentes cardiovasculares, artritis reumatoide, cáncer… 

Otra de las consecuencias más severas es la que afecta al funcionamiento neuronal y que puede dar lugar a enfermedades degenerativas como el alzhéimer o el parkinson.

3. ¿Cómo combatir el estrés oxidativo?

Sólo hay dos antídotos posibles. El primero es renunciar a tóxicos como el tabaco y el alcohol, evitar la exposición al sol sin la debida protección y esquivar –en la medida de lo posible– el estrés y la contaminación. 

El segundo tiene que ver con la alimentación: lo idóneo es prescindir de de los precocinados y la comida rápida y aliarnos con los alimentos frescos y los imprescindibles antioxidantes. “Su papel como reductor del estrés oxidativo, un problema que se agrava con la edad, es lo que los hace tan esenciales”, explican desde la Fundación Española del Corazón (FEC). 

Mientras somos jóvenes, los radicales libres de oxígeno se eliminan del interior de la célula gracias a los antioxidantes naturales, sin embargo, a medida que cumplimos años, el organismo va perdiendo su eficacia “limpiadora” y es entonces cuando se hace más importante asegurarnos de suplir ese déficit a través de la dieta. 

Aunque existen cientos de antioxidantes diferentes, según la FEC en general podrían clasificarse en tres grandes grupos: polifenoles, carotenoides y vitaminas de los grupos C y E. Y la mejor manera de proporcionarle al organismo todos los necesarios para alcanzar el equilibrio es una dieta rica en vegetales y lo más variada posible. Sin necesidad de conocer al dedillo la composición de nutrientes y micronutrientes de cada alimento, una forma fácil de asegurarnos de estar ingiriendo una buena diversidad de ellos es poner en nuestras comidas diarias muchos colores diferentes

Protect d’Or: un extra de antioxidantes al día

Otra opción para estar seguros de proporcionarle a nuestro organismo los antioxidantes diarios necesarios para hacerle frente a los radicales libres es tener siempre a mano una botellita de Protect d’Or. Es un tratamiento antioxidante para el cuidado de la piel, basado en una bebida funcional generada a partir de la combinación de la calidad del agua Vichy Catalan y de la pureza del agua Font d’Or, junto con componentes de alto poder antioxidativo como la Granada y la Oxxynea (un compuesto de 22 extractos de frutas y verduras altamente antioxidativas).a

Protect d’Or es una una bebida funcional, elaborada a partir de agua de calidad Vichy Catalan y una combinación de zumo de granada, extractos de frutas y vegetales

Protect d’Or es una una bebida funcional, elaborada a partir de agua de calidad Vichy Catalan y una combinación de zumo de granada, extractos de frutas y vegetales

La fórmula de Protect d’Or incluye también Vitamina C y Selenio (un mineral que protege las membranas celulares contra los daños producidos por la oxidación). Todos estos componentes actúan desde el interior neutralizando los radicales libres ocasionados por agentes externos como el tabaco, la radiación solar o la contaminación y que envejecen prematuramente la piel.

Se trata de un tratamiento cómodo y fácil de tomar, gracias a su botellín de plástico y su tapón de rosca, que lo convierte en un formato muy cómodo para llevarlo contigo y tomarlo poco a poco a lo largo de la jornada. Bebiendo un botellín de 200 ml de Protect d’Or al día se logra conseguir una piel más nutrida, suave, luminosa e hidratada… ¡Y además tiene un delicioso sabor a frutos rojos!

Para más información sobre toda la gama de bebidas funcionales de Vichy, consulta la web de la gama Vichy d’Or y si necesitas información sobre dónde encontrarlas, visita la Tienda Vichy.