El 90% de las muertes por cáncer de mama se deben a complicaciones derivadas de la metástasis, un proceso en la que las células cancerosas se desprenden de la zona en la que se formaron y llegan a otras partes del cuerpo viajando por el sistema circulatorio sanguíneo o linfático formando nuevos tumores.

Ahora, la Facultad de Medicina Azrieli de la Universida Bar-Ilan en Israel ha descubierto un nuevo bloqueador molecular que frena la propagación del cáncer.

Cuando los investigadores empezaron con el estudio, hace aproximadamente cuatro años, descubrieron dos pistas importantes sobre la formación de los invadopodios, unas protuberancias en forma de pies que degradan el tejido subyacente y entran en el torrente sanguíneo formando la metástasis: el nivel celular de las proteínas Pyk2 y cotactina aumentaba sospechosamente cuando la célula entraba en su fase maligna y, por contra, perdía su capacidad de producir Pyk2 cuando no se observaba metástasis.

Por este motivo, la investigación ha caracterizado la relación de las proteínas asociadas, demostrando que la interacción entre ellas es un requisito previo para la formación de metástasis de las células cancerosas.

En el estudio, se definió el segmento preciso de la proteína que estaba implicado en la interacción de la Pyk2 y la cortactina llamado péptido, que se sintetizó en el laboratorio y se administró a ratones portadores del cáncer de mama. Este segmento compitió con la proteína Pyk2 por la atención de la cortactina con éxito y bloqueó el acceso del Pyk2 a ella inhibiendo la formación de inadopodios similares a patas y como resultado, los pulmones de los ratones se mantuvieron más sanos, con muy pocas metástasis. Todo ello se logró con un segmento muy pequeño de Pyk2 que abarcaba solo 19 de los 1.0009 bloques de construcción de aminoácidos.

"Nos entusiasmó ver que la idea de utilizar el motivo de unión de Pyk2 a la cortactina como inhibidor de los invadopodios funcionaba in vivo bastante bien. Esto sirvió para demostrar el potencial clínico de inhibir la interacción recién descubierta", comentó la doctora Hava Gil-Henn, coautora del estudio.

También se redujo en gran parte la capacidad de invación de los tumores de mama, se detuvo la maduración de los invadopodios en las células tumorales y disminuyó la tasa de polimerización de la actina, necesaria para la progresión en la formación de las protuberancias. Todos ello demostrando que el péptido de 19 aminoácidos bloquea realmente la metástasis.

"El proceso de desarrollo de un fármaco exitoso a partir de un péptido inhibidor es extremadamente exigente y resulta casi imposible de completar sin una visión estructural del complejo entre el péptido y su diana, en este caso la cortactina", comentó uno de los autores, Jordan Chill.

Ahora, los investigadores buscan transformar el péptido en un mejor candidato a fármaco, probando diferentes secuencias de aminoácidos para obtener un producto que de una unión más fuerte y específica en el sitio diana de la cortactina. Es importante dar en el clavo con la ubicación en la que la cortactina se adhiere porque es similar a otras uniones y equivocarse puede provocar efectos secundarios.

Los investigadores esperan que este avance lleve al desarrollo de un fármaco que inhiba la formación de metástasis y empiece a formar parte de enfoques terapéuticos para mejorar las posibilidades de supervivencia y la calidad de vida de las pacientes diagnosticadas de cáncer de mama invasivo y otros cánceres metastásicos.