El estrés del día a día y lo que está ocurriendo en el mundo a veces nos puede afectar de manera negativa. Un estudio de la Universidad de Cambridge revela que cuatro de cada 100 personas sufre ansiedad. Según explica la universidad británica el núcleo principal de la ansiedad es el miedo y la excesiva preocupación que suele conllevar a tener tensión muscular, insomnio y dificultades en nuestras relaciones sociales.

La presión puede sobrepasar a las personas en ciertas situaciones que vivimos. Es importante conocer cuáles son las diferencias entre la ansiedad y los nervios. Un ataque de nervios es cuando nuestro sistema nervioso se descontrola porque la capacidad de nuestra mente ha llegado a su límite debido a un momento que estemos viviendo.

Para poder enfrentarse a estos estados naturales del ser humano hay que aprender una serie de estrategias para reducir el riesgo a desarrollar un ataque de ansiedad o de nervios.

¿Cómo se puede diferenciar un estado nervioso del ansioso?

El sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y no funciona correctamente ante los estímulos que se reciben. La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) dice que el sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico.

  • Trastorno fóbico: miedo específico a un animal, a la oscuridad o a algún objeto. Las personas con ataques de ansiedad son más propicias a tener este tipo de trastorno.
  • Síntomas físicos: ansiedad generalizada con una tensión crónica que dura mínimo seis meses, este nerviosismo excesivo se da casi a diario.
  • Ataques de pánico: este rasgo es la principal diferencia entre la ansiedad y el nerviosismo. Se trata de una ansiedad aguada y extrema que la persona que la padece cree que va a morir y no hay ninguna causa directa.
  • La emoción de preocupación predomina sobre otras: un examen de conducir en el que sentimos que la situación no depende de nosotros sino de factores externos puede llevar a una preocupación excesiva y como resultado nos produce un estado de nervios, en contra posición el miedo es lo que más destaca cuando tenemos ansiedad porque la persona anticipa situaciones negativas.
  • Duración: los nervios tienen una duración concreta porque desaparecen cuando superamos la situación que nos ha generado este sentimiento, por el contrario la ansiedad no.
  • Pensamientos negativos: cuando se vive un ataque de ansiedad por lo general el cerebro tiende a pensar situaciones negativas.
  • Conductas: los síntomas más frecuentes del nerviosismo es la risa nerviosa, incremento del consumo de tabaco o alcohol, disminución del apetito, rechinar los dientes, sin embargo de la ansiedad son el aumento del ritmo cardíaco, temblores, sudoración o hiperventilación.
  • Cambios físicos: el nerviosismo a penas tiene cambios físicos notorios en cambio la ansiedad sí ya que se produce más insomnio, fatiga o dolor crónico de cabeza, entre otros.
  • Comportamientos agresivos: una ira descontrolada puede llevar a comportamientos agresivos o desafiantes cuando una persona está en un estado nervioso, no sabe cómo manejar la tensión que siente y su manera de apaciguarla es comportándose agresivamente.
  • Sensación de irrealidad: hay personas viven una sensación de irrealidad porque notan como si el cuerpo les abandonase pero esto solo es síntoma de la incapacidad que viven en el momento para controlar los síntomas. Este rasgo se produce en un estado de ansiedad, por ello es importante comprender qué está pasando y adoptar medidas para paliarla estas emociones.

Recomendaciones para afrontar la ansiedad y los nervios

  1. Ejercita tu músculo de autocontrol: una doctora de la Universidad de Cambridge dice que el "autocontrol es un músculo; cuanto más lo uses, más fuerte se vuelve".
  2. Escribe tus preocupaciones: varias investigaciones apuntan a que escribir entre ocho o diez minutos al día puede calmar los pensamientos obsesivos que se generan.
  3. Abraza a la naturaleza: una forma poderosa de aliviar la ansiedad y los nervios es cambiar el fondo del escritorio por un día por la montaña o la playa. Sal recoge hojas, rocas, piedras, palos o camina descalzo por la arena para sentirte conectado a la tierra.

Recuerda: dale un poco de espacio a tu mente

Es muy fácil sentirse abrumado por todo lo que nos rodea: el trabajo, nuestra situación financiera, los amigos, la pareja... Pero hay que ser realistas y enfrentarse solo a las situaciones que controlamos.

La preocupación solo es útil si tiene como resultado un cambio, no si se convierte en pensamientos obsesivos.