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Fútbol. Primera División.

La hora de los valientes

El Cádiz-Mallorca de mañana es una prueba de fuego para muchos jugadores bermellones que deben demostrar el nivel más alto del curso en uno de los partidos más importantes del año

Los de Javier Aguirre quieren dejar la permanencia atada con una victoria

Morlanes, Muriqi y Dani, ayer en el entrenamiento en Son Bibiloni. RCDM

El partido de mañana ante el Cádiz (14 horas/Dazn) puede ser el final de la temporada o el inicio de un tramo aterrador para el RCD Mallorca. Malgastar oportunidades han conducido a los hombres de Javier Aguirre a jugarse su futuro inmediato en la competición a domicilio ante el equipo que marca las posiciones de descenso con seis puntos menos. Un día para que muchos de los futbolistas bermellones se reivindiquen con una gran actuación y zanjen de una vez por todas el espinoso asunto de la permanencia. 

Ha sido una semana complicada de gestionar en lo emocional para el grupo que comanda el técnico mexicano. Pese a que la ventaja del Mallorca con el Cádiz es de dos partidos en una parte baja en la que una victoria vale un mundo, no ha sido hasta ahora cuando han empezado a verse cerca del peligro. Durante muchas semanas en las que no se conseguía un triunfo, los ojos se iban a ver el resultado del conjunto gaditano, que tampoco ha estado a la altura en todo el año al conseguir ganar aún menos. 

Mañana ese colchón puede mantenerse igual, ampliarse a tres partidos o reducirse a tan solo uno. Un partido en el que los nervios volverán a estar presentes como en la final de la Copa del Rey en La Cartuja, aunque diferentes. Aquel día lo peor que podía pasar era perder un título, algo que no tiene ni punto de comparación con mantener o no la categoría. 

El choque del Nuevo Mirandilla es un día para que muchos de los futbolistas que dirige Aguirre muestren su nivel o se rebelen contra su situación en la plantilla. Será un partido reñido, de pocas ocasiones y en el que cada concesión puede desnivelar la balanza. Si el Mallorca se juega mucho, el Cádiz se juega el doble, ya que es uno de los últimos clavos a los que puede agarrarse para no descender a Segunda División

La defensa, que se prevé de cinco para evitar riesgos, debe rendir a la perfección y no cometer fallos como el lunes en el Sánchez Pizjuán, en el que un despiste en el marcaje permitió al Sevilla adelantarse y echar por tierra todo el trabajo. Se espera un arranque frenético de los de Pellegrino, por lo que los primeros minutos de ambas partes serán claves para no cometer errores, ya que son de sobra conocidos los problemas de los bermellones para ver puerta –con el Cádiz, los dos equipos menos goleadores del campeonato–. 

En el centro del campo, escoja Aguirre la opción de resistir o de crear, tocará correr e intentar adueñarse de la pelota. Como el Mallorca, el Cádiz va a ráfagas de juego y ahí va a ser importante saber cortar o frenar el juego cuando toque. Arriba ya va siendo hora de que Muriqi y compañía se pongan las pilas. Si hay un partido en el que no se puede fallar las ocasiones de las que se dispongan será este. No hay nada que apague más a un equipo y una afición que llenará el estadio que verse por detrás en el marcador. Mañana el Mallorca definirá la hoja de ruta para el mes de mayo: tranquilidad o sufrimiento

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