No han sido muchos los jugadores o entrenadores que antes de llegar a Palma habían estado en el Athletic Club. Marcelino Fernández fue el primer futbolista bermellón que antes fue rojiblanco, en el caso de los entrenadores este mérito lo tiene Patricio Caicedo. Además, tiene el honor de ser el pionero en pisar primero la Catedral y luego el Lluís Sijtar.
Patri Caicedo (Bilbao, 1899) hizo carrera como futbolista en el Espanyol (por entonces, Español) en los años 20 del Siglo XX, al que llegó en 1918 tras formarse en la cantera del Athletic. Tras colgar las botas, con 31 años dirige al conjunto catalán, y entre 1933 y 1935 se sienta en el banquillo de San Mamés. Dos temporadas que le dan para ganar una Liga y regresar al Espanyol. Tras el parón de la Guerra Civil vuelve al banquillo barcelonés, ganando la Copa del Generalísimo (1940).
En 1943 ficha por el Zaragoza de 2ª y en el año 1945 llega al Mallorca, también de Segunda División.
Una temporada... y 3 partidos
En el CD Mallorca (el escudo era similar al del Valencia, con la cuatribarrada y el murciélago), tenía como portero al legendario Ramallets (cedido por el Europa, ya que hacía el servicio militar) y jugadores como Grech, Turró, Mauri, Rovira o Pocoví. El equipo acabó en media tabla, pero renovó y siguió… hasta la jornada 3 de la Liga 46-47, ya que se marchó al Murcia de Primera División (aunque no podía entrenar a otro equipo, hizo tándem con José Griera).
Descendido el Murcia, se marchó al Sevilla y ganó esa campaña 47-48 la Copa del Generalísimo. Oviedo, Las Palmas, Hércules o Girona completaron su carrera como entrenador hasta que decidió instalarse en Barcelona y entrenar en la base del Espanyol.
