Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Primera División

Real Mallorca: Tres puntos y poco más

El triunfo del de los bermellones ante el Celta, el primero en Liga, libera a los jugadores tras un mal inicio, pero no oculta los problemas que arrastran, especialmente de medio campo hacia arriba

Sergi Darder sigue sin encontrar su sitio

Muriqi corre a celebrar su gol ante el Celta en el partido disputado en Balaídos. marta g.brea/FARO DE VIGO

El Real Mallorca necesitaba ganar como fuese en Vigo. Y así lo hizo. Rajkovic, Maffeo, los palos, el VAR y la pierna derecha de Muriqi dieron los tres puntos a un equipo al que se le estaba empezando a poner cara de circunstancias. El triunfo ante el Celta, por la mínima, insufla moral a un grupo que ha arrancado la Liga con mal pie y que ahora otea lo que viene por delante con mayor optimismo. Una victoria siempre es buena sea como sea que llegue, pero mal harían en confiarse. Porque los bermellones siguen arrastrando los mismos problemas tras cinco jornadas de Liga.

Para este encuentro, Javier Aguirre dejó de lado una alineación con dos puntas puros y metió más cabeza y pie en el centro del campo con la entrada de Morlanes. Perdía potencia y peligro arriba, pero a cambio ganaba mayor peso y compostura en medio, el gran dolor de cabeza y puzzle que el mexicano todavía no ha sido capaz de solucionar.

El encuentro fue difícil de digerir para el aficionado, como muchos otros el curso pasado pero que en su mayor parte acabaron bien. No así para Aguirre, al que le encanta apostar por encuentros en los que no sucede nada en los primeros 45 minutos. Y las dos mejores ocasiones fueron bermellonas, así que sobre el papel todo iba bien.

En la segunda mitad, el dominio fue vigués y solo los palos, la ayuda del VAR y las intervenciones de Rajkovic y Maffeo impidieron que el triunfo se quedase en casa. El gol de Muriqi, que falta le hacía, -y que llegó casi de manera inesperada-, zanjó un partido en que los bermellones se fueron con tres puntos sin saber apenas cómo había sucedido.

Muriqi, junto a Dani Rodríguez. LFP

Dejar la portería a cero fue otro de los grandes aspectos positivos del encuentro. Es la segunda de la temporada y de manera consecutiva. Y si este equipo quedó noveno el curso pasado fue gracias en gran parte a su fortaleza defensiva. Pero el triunfo no tiene que maquillar que todavía queda muchísimo trabajo por hacer.

Un juego muy pobre

El juego del equipo no convence. El propio Aguirre reconoce que a sus jugadores les falta capacidad de asociación a partir del centro del campo, imaginación para llegar al área rival y saber qué hacer con la pelota. Todos esos defectos, y alguno que otro más, se mostraron ayer en Balaídos. 

La seguridad en defensa no es la misma. No hay que ocultar que la baja de Raíllo es fundamental, ya no solo por su figura, sino porque mejora a sus compañeros. Pero ahora no está y se nota. Valjent no está a buen nivel -el no gol de Bamba llega tras una pérdida inexplicable por su parte-, aunque es cierto que Nastasic y Van der Heyden estuvieron correctos. Pero los bermellones continúan concediendo demasiado partido tras partido. A lo que hay que añadir la falta de tranquilidad a la hora de sacar el balón jugado, con numerosos pelotazos que se pierden en campo contrario. 

Pero el grueso de los problemas radica en el centro del campo. Da igual que jueguen tres o cuatro. El juego del equipo no carbura en esa zona. Más allá de Samú Costa, posiblemente el más acertado el sábado y coautor de la asistencia a a Muriqi, el resto no estuvo a la altura que se espera. Morlanes tuvo destellos, pero se le vio falto de personalidad con el balón. Dani, más allá de la asistencia, que ya es mucho, pareció taparse con Darder.

Sergi Darder, desubicado

Y es con el de Artà dónde aparece el mayor de los problemas. Ya son cinco partidos, pero el ‘10 del Mallorca continúa sin estar cómodo. No participa apenas en el juego del equipo, y cuando recibe el balón no encuentra compañeros con los que asociarse. «Los jugadores con calidad se acaban entendiendo», zanjó Aguirre tras el choque, que sigue sin encontrar en el sitio en el campo más factible para el futbolista mallorquín.

En ataque el equipo sigue teniendo unos problemas terribles para atacar y generar ocasiones con fluidez. La ocupación correcta de espacios y los automatismos no existen, y la jugada más vista es la del centro desde la banda. 

Pero por suerte se ganó y eso da más días a los futbolistas para acoplarse y tranquilidad sobre la que trabajar a Aguirre. Un triunfo es siempre sinónimo de alegría, pero queda mucho trabajo por hacer.

Compartir el artículo

stats