Sergi Darder ha caído de pie en el Real Mallorca. El mediocentro de Artà se aseguró en solo 45 minutos contra Las Palmas de demostrar que su fichaje, el más caro de la historia de la entidad con diez millones de euros, va a dar el salto de calidad necesario en el equipo. Sin ni siquiera haber entrenado una sola vez junto a sus compañeros, subiendo al autobús tras firmar su contrato, el '10' bermellón tiró de liderazgo en el centro del campo, asumió los galones que se le esperan y le cambió la cara al equipo. Su asistencia de gol a Raíllo fue solo un ejemplo de lo que puede llegar a ofrecer.
Y eso que su semana previa no fue nada sencilla. Mientras se gestaba su fichaje por el Mallorca, el linchamiento por parte de un sector de la afición del Espanyol a través de redes sociales no ha sido una situación fácil de gestionar ni para él ni para su entorno. El futbolista mallorquín le debe gran parte de su carrera al club blanquiazul, pero tras dos descensos en tres años necesitaba cambiar de aires, por mucho que fuese el capitán.
Su llegada al aeropuerto de Son Sant Joan ya dejó claro que la afición bermellona le quiere. Muchos seguidores se acercaron a darle ánimo y su sonrisa delataba que estaba feliz de volver a casa. Pero todo había que demostrarlo en el campo y solo necesitó de una parte para entusiasmar al aficionado mallorquinista.
Aguirre, descontento con el rendimiento del equipo en la primera mitad, ya le mandó a calentar cuando faltaban diez minutos para la conclusión del primer periodo del partido, algo que sorprendió al propio futbolista, que reconoció que no se lo esperaba.
Situado primero por fuera en una línea de cuatro en el centro del campo, su entrada, junto a la de otro nuevo como Samú Costa y el cambio de sistema, le lavaron la cara por completo al equipo. Podría haber sido una temeridad meter en el campo a un futbolista que apenas llevaba 24 horas con el grupo y al que apenas le dio tiempo a saberse el nombre de sus nuevos compañeros, pero la apuesta salió bien.
Desde un inicio, se le vio tranquilo, con iniciativa al coger el balón y con claridad. Como Kang in Lee o Galarreta, Darder estuvo todo el tiempo con la cabeza arriba, anticipando lo que demandaba la jugada. Una rápida combinación entre Muriqi y Morlanes nació de sus pies.
Y las acciones a balón parado no tuvieron discusión con él sobre el campo. Un saque de falta que a punto estuvo de rematar Larin en el segundo palo avisaba de lo que estaba por llegar. Los jugadores de Las Palmas temblaban ante cada saque de esquina y fue así, en el 70, cuando nació el empate de sus botas. Un centro medido al segundo palo que Raíllo se encargó de enviar al fondo de la portería.
Un debut inesperado
«Estoy contento, después de una pretemporada rara y llegar ayer (por el viernes) a las dos de la tarde, ni me esperaba viajar, y estoy infinitamente agradecido por haberme puesto media parte prácticamente sin verme», reconoció al final del partido. Sergi Darder, al que poco le queda para arrancar de inicio en cada partido, dio este sábado en el estadio de Gran Canaria una pequeña e ilusionante muestra de lo que puede aportar al equipo, que necesitaba como el comer un jugador de sus características en el centro del campo. La Dardermanía ya está aquí y los aficionados ya esperan con ganas verle en directo este viernes en Son Moix ante el Villarreal.