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Opinión

Borja Iglesias, una bestia negra, por Antoni Ruiz

Kang In Lee acaricia a Sabaly. Europa Press

Tampoco se ha logrado esta vez. El Mallorca sigue negado lejos de Son Moix. Con la de este domingo ante el Betis ya acumula seis derrotas consecutivas en campo ajeno, lo que circunscribe sus objetivos en esta Liga simplemente a salvar la categoría, algo que habrá que recordar a los que tienen sueños europeos irrealizables cuando se tienen rémoras como esta. Ha sido simplemente otro mal partido, especialmente en una de las partes, la segunda esta vez, y en la que ha bastado un inteligente desvío de un tiro por parte de Borja Iglesias para romper el muro rojillo, que tan pocas grietas había mostrado.

Ha sido casualmente el mismo hombre, el delantero gallego, el que ha acabado con las esperanzas de puntuar de los de Aguirre. Sucedió igual en Palma, en la primera vuelta. En aquella ocasión el Panda, que se ha ganado la etiqueta de bestia negra, tuvo que recurrir a dos lanzamientos de penalti para batir a Rajkovic. De parte local, eso y poco más, solo otro tiro de Sabaly con intención que acabó en manos del portero serbio, pero les bastó.

Los de Aguirre aportaron menos. Unos primeros 45 minutos con orden defensivo máximo, salidas al ataque con intención pero poco más. Todo cambió tras el descanso con el gol encajado. Esta vez no hubo capacidad de reacción. Los cambios del mexicano aportaron poco o muy poco, e incluso jugadores como Kang, que en el inicio dejaron su impronta de calidad, se fueron diluyendo con el paso del tiempo. Llega ahora un parón de selecciones que puede servir para recapitular conceptos y tras el que hay que mantener, al menos, la fortaleza que se tiene en casa. Bastaría para lograr el premio de la permanencia. Aunque ganar fuera también ayudaría. 

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