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OPINIÓN

El Mallorca pierde con un clon, por Toni Ruiz

Abdón disputa un balón en El Sadar. Osasuna

Esta vez El Sadar no fue un campo talismán para el Mallorca, aunque quien sumó ayer los tres puntos fue un equipo que se asemeja mucho al de Aguirre, casi un clon, en su manera de entender los caminos por los que se logra la victoria. Trabajo a destajo, no dar ningún balón por perdido, amarrar con uñas y dientes el botín de un gol si este se produce. Arrasate fue a por el partido con su alineación. Conocedor de cómo juega el Mallorca entendió que la única forma de romper ese muro en que se ha convertido la defensa de los de Aguirre es buscarle las cosquillas por las bandas. Abde y el Chimy Ávila lo intentaron una y otra vez, pero el entramado no tuvo fisuras hasta el descanso. Cosas de la vida, el gol lo fabricaron dos centrocampistas con llegada.

La vida sin Galarreta es muy difícil, especialmente si has de remontar un resultado, aunque Grenier no fue ni mucho menos el peor. Osasuna renunció a un punta para poblar el centro del campo tras el gol y al Mallorca le fue difícil crear ocasiones, por mucho que Aguirre prescindiera de un defensa o hiciera saltar al campo a cuanto delantero tenía en el banquillo. Los locales hicieron aquello que han demostrado hacer muy bien, defender el resultado, y el Mallorca no creó peligro. Pocos problemas para Aitor Fernández, apenas un disparo de Baba fuera, una pelota que no encontró Muriqi, o una pelota que estuvo a punto de controlar Abdón para quedarse solo. Esta vez no hubo milagro del artanenc, aunque volviera a uno de los campos en los que ha forjado su leyenda a base de goles decisivos que es difícil no rememorar. Ganaron los rojillos, pero esta vez el equipo que lucía este color no era el Mallorca. O sí...

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