Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fútbol

Un Mallorca sin plan B

Los bermellones, cómodos en defensa, sufren demasiado cuando se ven obligados a atacar si van perdiendo - La escasa aportación del banquillo complica cambiar la dinámica de los partidos

Galarreta controla el balón. Cati Cladera

El Mallorca sufre un problema cuando está por debajo en el marcador. No tiene plan B, o al menos le cuesta mucho variar su plan de juego cuando está obligado a buscar el gol para empatar los partidos. Es indiscutible que sabe defender y que está cómodo por detrás del balón, pero al equipo se le ven las costuras cuando tiene que mirar hacia adelante. Así sucedió el sábado ante el Sevilla en Son Moix, pero es una situación que se ha repetido en lo que se lleva de competición. 

El 5-3-2 o el 5-2-3 es innegociable para el técnico Javier Aguirre desde el primer amistoso de la pretemporada. El mexicano tenía claro desde el verano que lo primordial es construir un equipo al que sea difícil marcarle y que sea incómodo para el rival. Y lo está consiguiendo en estas primeras nueves jornadas de campeonato, en las que es evidente que compite contra cualquier rival, ya sea frente al Real Madrid, Barcelona, Athletic o Betis, entre otros. Concede pocas ocasiones a los adversarios, salvo alguna excepción, y eso es porque la telaraña defensiva está siendo efectiva, más allá de que pueda ganar, empatar o perder. 

El sello del ‘Vasco’ es evidente, pero también lo es que las dificultades se multiplican cuando ya no debe estar con las líneas tan juntas, ni tan replegado, y necesita hacer daño como pueda al rival para eliminar la desventaja. Y hay diversos factores que lo provocan. Tal y como ha reconocido el propio Aguirre, al equipo le falta elevar el nivel en el juego combinativo. Frente a los hispalenses solo Maffeo, y eso que no estuvo tan entonado como en otras ocasiones, provocó cierto peligro por la banda derecha, mientras que Cufré, que sustituye al lesionado Jaume Costa, superó en contadas ocasiones el centro del campo.

Hacer daño con los carrileros para después centrar al área es una de las armas del equipo, pero frente a los hispalenses faltó fluidez para hacerlo. Y si Kang In Lee, que había estado enfermo durante la semana, no aparece, los argumentos futbolísticos se reducen mucho y queda un ataque plano, previsible y muy cómodo para el oponente. Sea Muriqi o Abdón, como fue el caso el sábado, se le nutre demasiado poco al delantero de turno. Galarreta aporta dinamismo, pero necesita socios, y Antonio Sánchez no tiene el perfil de líder, aunque juega en una posición que reclama futbolistas capaces de marcar diferencias.

El gol de Gudelj en el minuto cincuenta y dos fue difícil de asumir, sobre todo en un duelo en el que Abdón había dispuesto de dos ocasiones claras de gol en la primera parte. Aguirre movió el banquillo, pero todo siguió igual, o al menos no mejoró su puesta en escena, ni mucho menos. Y esto es otro contratiempo. Los suplentes no están siendo ninguna solución, en general, ya que Dani, Lago, Amath o Ángel, en este caso, no cambiaron la dinámica. Y es cierto que a cinco minutos del final el tinerfeño dispuso de una gran ocasión que abortó un inspirado Bono, pero fue una acción puntual.

La realidad es que el Mallorca, desde que se puso por debajo en el electrónico, no había generado ocasiones reales de peligro y había facilitado que los andaluces se limitaran a estar ordenados para no encajar. Además, hay voces que lamentan que el preparador tarda demasiado en ordenar los cambios, aunque eso también puede significar que tampoco confía mucho en lo que tiene en la reserva.

Una de las situaciones que sorprendió es que el técnico mantuviera los tres centrales hasta que apenas quedaban doce minutos para el final. El Sevilla hacía tiempo que había reculado, por lo que podría prescindir de uno de ellos -el elegido fue Copete- para incorporar a otro jugador al centro del campo, en este caso Battaglia, porque Grenier estaba indispuesto. Esto ya sucedió en un escenario parecido ante el Barcelona, por lo que queda claro que a Aguirre le cuesta quitar a uno de los tres jugadores del eje de la zaga, aunque tenga urgencias. Fuera una cosa u otra, lo que es seguro es que el sábado tampoco funcionó.

Compartir el artículo

stats