Este Mallorca no enamora, pero es que tampoco hace falta. Porque mientras sea capaz de mantener este ritmo de puntuación, con ocho de dieciocho posibles, la permanencia será un hecho. Y esto es lo único importante mientras esté en Primera División. La victoria ante el Almería fue fundamental por muchos aspectos, pero sobre todo por ganar en tranquilidad al tener al Barcelona en el horizonte, y también en autoestima, porque el manual de Aguirre está funcionando. El técnico mexicano está dotando de una identidad a su equipo, eso es indiscutible, por lo que ya es un paso fundamental para tener éxito. Está construyendo un grupo rocoso atrás, tal y como demuestra que en la mitad de los partidos que ha jugado no ha encajado, y está aprovechando sus virtudes en ataque, que tampoco son muchas, las cosas como son. Sin embargo, lo esencial es que haga méritos suficientes para ganar partidos, como ya demostró en Vallecas o el sábado ante los almerienses.

La duda reside en qué sucederá cuando lleguen lesiones o sanciones de los Muriqi, Kang In Lee, Maffeo, Costa, Galarreta y compañía. La temporada es muy larga y la plantilla es corta, o muy corta. Y esto lo demuestra ‘el Vasco’ en lo que se lleva de temporada con sus decisiones. Los suplentes son muy suplentes y los titulares son indiscutibles, a excepción del centro del campo. No le convence y por eso está haciendo tantos cambios. Debe dar con la tecla. Y menos mal que ‘Gala’, después de su recuperación en tiempo récord, aporta otro aire y dinamismo. No obstante, es evidente que es una zona del campo en la que el margen de mejora es grande. Ortells debería haber firmado algún jugador más que elevara el nivel porque, al menos de momento, Grenier solo deja chispazos y poco más, y Dani está lejos de su mejor versión.