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Opinión

Un giro de guion de Hollywood

Muriqi celebra un gol con el Mallorca.

El Mallorca había tirado la toalla con Muriqi porque era demasiado caro. El jugador se había despedido por carta, la afición había llorado su marcha y el club, a través de Alfonso Díaz, incluso se había resignado a dejarle escapar porque no podían alcanzar las pretensiones de la Lazio, tal y como reconoció públicamente. Pero como si se tratara de un guion de película de Hollywood o, mejor dicho, de una de esas series de muchos capítulos que ahora están tan de moda, el giro en la historia para que haya final feliz demuestra que en este negocio, porque el fútbol lo es, casi todo es posible. El Brujas rompió el acuerdo con los italianos y en la planta noble de Son Moix levantaron una ceja. O dos.

La realidad es que todas las partes han cedido un poco. Lo más importante ha sido la voluntad del jugador, que ha rebajado un poco sus pretensiones, al igual que ha hecho el club romano, que tenía miedo a quedarse sin nada tras el fiasco con los belgas. Y el Mallorca ha hecho un gran esfuerzo económico, el mayor de su historia en términos generales, para ilusionar a la hinchada.

Muriqi debe marcar diferencias, con goles y asistencias, pero es un líder, de los que contagia su pasión, algo imprescindible en todos los vestuarios. Y su fichaje sirve para ilusionar a una hinchada que estaba con la mosca detrás de la oreja. Y con razón. Queda mucho por llegar, pero al menos ya está aquí el más deseado.

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