El Mallorca regresó ayer al trabajo bajo las órdenes de Javier Aguirre en Son Bibiloni. Tras un final de temporada de infarto, en el que los bermellones aseguraron la permanencia en la última jornada, este miércoles arrancó una nueva aventura en la que todavía faltan muchas piezas por encajar. La dirección deportiva todavía tiene que gestionar las salidas de varios jugadores y, sobre todo, las llegadas de otros que eleven el nivel y aporten el punto de calidad que se echó de menos el curso anterior.
El mexicano ya se dejaba ver sobre el césped de Son Bibiloni media hora antes del inicio de la sesión, fijado a las 9 horas, mientras su equipo distribuía los ejercicios sobre el campo. Está claro que ‘el Vasco’ no quiere peder ni un minuto en la preparación de sus pupilos. De inicio solo saltaron al campo doce jugadores: Antonio Sánchez, Abdón, Amath, Grenier, Gio González, Russo, Dani Rodríguez, Raíllo, Copete, Jaume Costa, Maffeo y Ángel, que fueron los elegidos para realizar en primer lugar los ejercicios con balón.
El resto de futbolistas -Alegría, Mboula, Hoppe, Cufré, Lago Junior, Dominik Greif, Leo Román y los canteranos Gayà, Llabrés, Pere Joan, Miguelito y Víctor de Baunbag- comenzaron con la preparación física en el gimnasio. Aguirre decidió dividir la plantilla en dos grupos de trabajo desde el inicio, que a primera vista llamó la atención porque en el primero estaban los que parecen indiscutibles en la plantilla. Valjent, Kang-In y Baba fueron los únicos ausentes con permiso del club para incorporarse este sábado.
Tras una breve charla del míster, los jugadores que conformaban el primer grupo comenzaron el entrenamiento a las 9 en punto entre risas y buen ambiente. «Las vacaciones vienen bien, pero la principal alegría es el día a día y estar aquí con los compañeros, eso lo echas de menos», afirmaba Ángel al finalizar la sesión. Copete, el único fichaje hasta la fecha al llegar libre de la Ponferradina, no se despegó de Russo durante el calentamiento, y se le vio integrado en el grupo.
Por otro lado, destacó la reaparición del portero eslovaco Greif, que volvía al césped tras haber realizado un tratamiento en su país natal para controlar la lesión de espalda que le mantuvo alejado de los terrenos de juego durante toda la temporada pasada, tal y como desveló Aguirre antes de las vacaciones. De hecho, el meta solo completó noventa minutos en toda la campaña en la Liga.
Pese a tener trabajo acumulado tras el fallido intento de fichaje del delantero kosovar Muriqi, que parece que finalmente recalará en el conjunto belga Brujas, el director deportivo Pablo Ortells y su equipo presenciaron la sesión de campo del equipo. Tras las bajas de Salva Sevilla, Reina, Oliván, Sedlar y Febas, la dirección deportiva debe empezar a moverse con rapidez por el mercado en busca de jugadores que puedan complementar al equipo en las posiciones más necesitadas. La realidad es que el Mallorca debe reforzarse en todas sus líneas para tratar de ser lo más competitivo posible en una temporada en el que la exigencia va a ser máxima y en el que el objetivo será mantener la categoría. Eso sí, la intención es de que se sufra menos que en la anterior, cuando certificó la permanencia en el último suspiro en Pamplona.
Tras acabar la sesión, Abdón confesó que ya tiene en mente el estreno en la competición. «Es inevitable comenzar la pretemporada y mirar el calendario”, destacó, haciendo referencia al estreno liguero del 15 de agosto ante el Athletic de Bilbao en San Mamés. Junto al canterano, Ángel se mostró ambicioso en su discurso tras la sesión: «Queremos hacerlo mejor que la temporada pasada», finalizó.
