Unas 1.500 personas han recibido al Mallorca a su llegada a Son Moix para el trascendental partido ante el Rayo Vallecano.

"Mallorca, Mallorca" y el manido "Sí, se puede", han sido los cánticos que se han repetido más en la entrada al aparcamiento del estadio, donde también le esperaba la mascota Dimonió.

Los técnicos Javier Aguirre y Toni Amor, en la parte de delante del autocar, sonreían con la entrega de los aficionados, que han soportado los cerca de treinta grados que se respiraba a esa hora en el feudo bermellón. La zona del Mallorcafé se ha llenado de hinchas que esperan a la hora del encuentro con una cerveza, refrescos o agua en una velada amenizada con un DJ.

Los nervios y la tensión por el encuentro se han evidenciado en las conversaciones de los mallorquinistas, que necesitan que el equipo gane al Rayo y que el Cádiz pierda o empate ante el Real Madrid para depender de sí mismo en la última jornada en su afán por mantener la categoría.