Aguirre salió airoso de la penúltima jornada de LaLiga y eso se vio reflejado en una rueda de prensa en la que el técnico del Real Mallorca se mostró especialmente dicharachero: «Se han dado las cosas mejor que otros días y esa es la mejor noticia posible».

El mexicano se congratuló por el triunfo bermellón y el empate del Cádiz frente al Real Madrid, una carambola de resultados que ha provocado que los rojillos dependan de sí mismos en la última jornada: «El fútbol tiene esas cosas. Nadie puede decir que el Rayo vino a Son Moix a regalar nada. Eso habla de lo difícil que es la Liga española. Ante Osasuna nosotros tenemos que hacer nuestros deberes y olvidarnos del resto. Esa es la única realidad».

Pese al triunfo, Aguirre reconoció que el inicio de la segunda parte de su equipo no le había gustado nada. «Salimos atenazados y no éramos capaces de desplegar la vela. Cuando encajamos el gol, desde mi óptica, veíamos que no nos servía el empate. Afortunadamente los cambios funcionaron y las cosas salieron bien. Sabíamos que iba a ser sufrido y emotivo. Nosotros tuvimos mejores y peores momentos, pero quien no dejó nunca de estar ahí fue la afición y eso es de agradecer», admitió.

Aguirre, que reconoció que en medio del partido tuvo que entrar en vestuarios para utilizar el servicio «porque no aguantaba más», se alegró por el tanto de Abdón Prats y también tuvo unas palabras de elogio para Manolo Reina. «Es un chico de la casa, es un crío que siente los colores y los vive. Es un tío muy profesional y entregado juegue o no juegue. Es de aquí y eso se nota. Yo me estoy empapando de la historia del club, pero este chico vivió desde crío lo que es el Mallorca y se lo merece. Y luego también está Manolo. Ha sido un espíritu dentro del vestuario. Su conducta es admirable. La conducta de los dos», admitió.

Ya para acabar, el preparador azteca se refirió a la final frente a Osasuna: «Yo pasé cosas maravillosas en esa ciudad, fue el equipo que me dio la oportunidad. Perdí seis de nueve partidos y me aguantaron. Era momento de darme barco y aquí sigo, veinte años después, dando guerra».