La cara: Antonio Raíllo
Le dio cierta esperanza al equipo con su gol
En un partido en el que tan solo se pueden rescatar cinco minutos potables de noventa del Mallorca, Antonio Raíllo fue el más destacado. No por contener el ataque del Barça, sino por recortar distancias en el marcador al lograr el 2-1 que a la postre sería el resultado definitivo.
El central cordobés, que suele rematar muchas veces en jugadas a balón parado, leyó a la perfección hacia qué lugar iba dirigido el centro de Salva y y entró con todo. Acabó rematando con la rodilla, en una acción poco ortodoxa, pero suficiente para batir a Ter Stegen y añadir algo de emoción al partido.
La cruz: Franco Russo
Se fue de viaje dejando un pasillo para Memphis
El Mallorca tenía más o menos controlado al Barça. La posesión era para ellos, pero no creaban excesivo peligro. Hasta que llegó el minuto 24. Sin entender nadie porqué, Russo abandonó su posición de central por la derecha para ir a coger a Gavi, dejando un pasillo que detectó Jordi Alba y que aprovechó Memphis para marcar el primero. El argentino, de nuevo errático, rompió el esquema defensivo y dejó vendidos a todos sus compañeros, haciendo inútil todo el trabajo previo. Además, ni Raíllo ni Valjent estuvieron bien colocados y Battaglia, sin marca, no corrió a ocupar el puesto de Russo. Una cadena de errores que les costó caro