Diario de Mallorca

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CARTULINA MORADA

Bullying en el aula, mobbing en el vestuario

Que futbolistas con, se supone, dos dedos de frente hundan a un compañero hasta llevarlo a la depresión es de ser despreciables

El vestuario del Real Mallorca ha presenciado capítulos muy desagradables. RCDM

El exjugador del Real Mallorca Biel Company ha publicado su libro autobiográfico ‘Persona antes que futbolista’. El defensa, que se retiró la pasada temporada de los terrenos de juego, narra en el mismo los desagradables capítulos que le tocaron vivir dentro del vestuario que descendió a Segunda B y que le llevaron a afrontar algunos capítulos de depresión. Aunque no da nombres, Biel descarta a varios compañeros, así que sin necesidad de ser muy inteligente, una se pone a hacer cuentas y saca culpables. «Eran unos sinvergüenzas», nos reconocía hace solo unos días alguien que conoció a todos ellos muy bien. Como pasa en cualquier aula de cualquier instituto, los gamberros necesitan tener alguien con quien meterse, ante quien sentirse importantes. Si difícil es entender que los niños puedan tener este tipo de comportamientos tan crueles, imaginénse cuando los autores de este tipo de actos son ‘hombres’, por llamarles de alguna manera, hechos y derechos. Todo ello tiene todavía menos sentido cuando el entrenador, prepotente y que no ha empatado con nadie, es quien alimenta este tipo de fechorías. La valentía de Biel Company ha sido contarlo ahora y eso le honra. Quizás su cobardía fue no hacerlo en su momento. El equipo tampoco se hubiera salvado, pero al menos el mallorquinismo habría tenido claro desde el minuto uno a quién no dedicar ni un minuto de su sufrimiento.

91.648 asistentes: El Barça femenino vuelve a llenar una vez más el Camp Nou

«No volverán a llenarlo», «si ha ido tanta gente es porque jugaban frente al Real Madrid», «poniendo las entradas a cinco euros también vendo yo todas las localidades»… Y así, una tras otra. Con un discurso cansino, que se les va desmoronando con el paso del tiempo, los ‘cuñaos’ de turno se alimentan entre ellos. Da igual que les argumentes, porque no atienden a razones. No aceptan tan siquiera los datos objetivos, sin embargo, cuando ya no les queda más remedio que rendirse a las evidencias, se las ingenian para inventar o crear un nuevo reto. Sigan poniéndolos, no hay ningún problema, el fútbol femenino seguirá alcanzando metas y traspasando fronteras. Este pasado viernes, en el Camp Nou, 91.648 almas. Y se volverá a superar. No tengan ninguna duda. 

Los valores de Joan Mir: El mallorquín pudo criticar la maniobra de Miller, pero no lo hizo

Jack Miller arrolló ayer a Joan Mir en Portugal. Iba a ser el primer podio del piloto mallorquín de la temporada, unos puntos que le hubieran aupado a la primera o segunda posición de la general. La maniobra no tenía excusa, algo que lógicamente enfadó al de Suzuki. Su primera reacción, tras saborear la gravilla del circuito de Portimao, fue aplaudir irónicamente al de Ducati, pero al momento el balear cambió el chip y se preocupó por el estado de su compañero. Lo fácil para Mir hubiera sido hacerle aspavientos, pedirle explicaciones o criticarle ante los micros, pero Joan, que en cuestión de valores va sobrado, restó importancia a la maniobra de Miller y le perdonó la acción. «Yo también he cometido ese tipo de errores alguna vez», señaló el palmesano. Ejemplar la reacción de Mir y ejemplar la del australiano, quien se disculpó, uno por uno, con todos los técnicos de la marca japonesa por haber echado por tierra en un segundo el trabajo de todo un fin de semana. 

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