Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión

En la ley del fútbol mandan los resultados

Luis García, en un partido de esta temporada en Son Moix.

Luis García ya es historia en el Mallorca, con final feliz en su primera temporada y olor a fracaso en la segunda, dejando al equipo en plazas de descenso. Como tantos otros, el técnico madrileño, buen tipo donde los haya, ha sido víctima de los malos resultados. Seis derrotas consecutivas no hay dirigente que las aguante, y, aunque con más retraso del previsto, el Mallorca no ha sido una excepción.

Un entrenador está para encontrar soluciones a los problemas que se presentan. Y hace tiempo que LGP no ha dado con la tecla. Lo ha probado todo, pero nada le ha salido, con decisiones precipitadas, muchas previsibles y cada vez más inseguro. Mal desde la banda y superado ante el micrófono -tras decir que no daría la culpa de la derrota a ningún jugador, citó a Baba, Antonio y Valjent como responsables del gol de Raúl de Tomás-, no ha sabido sacar rendimiento a unos jugadores que se presumen mejores de lo que son.

Luis García ha tomado decisiones precipitadas, muchas previsibles, y cada vez se le veía más inseguro

decoration

Pese a todas estas carencias, el ya exentrenador del Mallorca se merecía una mejor salida. Ni una palabra de ánimo del director deportivo Pablo Ortells -con esos amigos para qué quiero enemigos- tras la derrota ante el Espanyol. Ha sido la última de las varias afrentas del club hacia su persona. Luis García ha ejercido en su más de año y medio en el Mallorca de presidente, director deportivo, entrenador y portavoz. Ha sido el único que ha dado la cara, la última vez cuando salió en defensa de Maffeo por las duras críticas recibidas desde la capital del Estado ante el grotesco silencio de la entidad, y con la grave lesión de Galarreta todavía caliente.

Luis García deja paso a Javier Aguirre, una incógnita pese a ser un veterano de los banquillos. El club ha puesto en sus manos la permanencia en Primera División. Su reto es mayúsculo porque parte con la desventaja de la clasificación. El cambio no garantiza nada, pero algo había que hacer para no degradar más la situación. 

Compartir el artículo

stats