Diario de Mallorca

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PRIMERA DIVISIÓN

El Espanyol de Moreno ejecuta al Mallorca

La derrota ante los catalanes unida a la victoria del Cádiz condenan a los bermellones a entrar en una de las tres últimas plazas por primera vez

Muriqi se lleva las manos a la cabeza tras errar una oportunidad en el RCDE Stadium.

Al enfermo se le está poniendo cara de muerto. El Real Mallorca llegaba ayer con preocupante diagnóstico al encuentro en el RCDE Stadium, pero es que, frente al Espanyol, comenzaron las convulsiones. El conjunto de Luis García firmó una nueva derrota (1-0), la sexta ya consecutiva, la décima en los últimos doce partidos. Casi nada. Y, lo que es peor, volvió a mostrar una imagen insulsa y apática.

El crédito está acabado y el equipo, que hace varias semanas ya que se sostiene por los nefastos resultados de sus rivales, ha entrado en descenso. El Cádiz hizo los deberes frente al Villarreal, y metió al Mallorca, por primera vez esta temporada, en los puestos de descenso. Y con esas, se le acabaron las excusas a Luis García y su ya conocida frase.

El plantel no tiene poso, ganas, ni forma de salir del entuerto en el que se ha metido. Luis García es previsible, el equipo aburrido y las sensaciones, horrorosas. Las diez primeras finales se iniciaron ayer con una derrota que duele el doble por ser el rival quien es. Ahora dos semanas de descanso para que la propiedad se piense dos veces si quiere o no ser partícipe de un nuevo descenso, aunque dados los antecedentes, podamos intuir la respuesta.

Luis García tiró de lógica para suplir la ausencia del sancionado Pablo Maffeo por Gio González en el lateral diestro y de ironía para sentar a Take Kubo por Kang In Lee en el extremo izquierdo. Por el resto, lo de siempre, sin florituras: centro de campo para Baba y Antonio Sánchez, punta de ataque para Ángel y Muriqi y al intocable, Dani Rodríguez, en banda.

Jaume Costa vio la primera amarilla del partido y no podrá jugar frente al Getafe. Enric Fontcuberta

No tardaron en torcerse las cosas para el conjunto bermellón. Lo que debía ser la revisión de un supuesto penalti de Cabrera sobre Ángel, en el minuto 6, acabó acarreando tarjeta amarilla a Jaume Costa por un pisotón a Rául de Tomás en el origen de la jugada. La decisión calentó los ánimos de los bermellones ante la incomprensible utilización del VAR.

El Mallorca intentó dejar claras sus intenciones desde el primer momento: parar la sangría de goles encajados en los últimos partidos. Esa, a priori, era la excusa perfecta para perdonar sus nulas ideas en labores ofensivas. Aunque imprimiendo un ritmo muy bajo, el Espanyol gozaba de la posesión e incluso fabricó alguna ocasión estéril a través de las botas de Embarba. El partido agonizaba al descanso sin ocasiones, parsimonioso, pero entonces aparecieron los de siempre, un cocktail explosivo, para agitar el marcador.

Si se juntan los errores de Baba con la exquisitez de Raúl de Tomás, el combo es mortal. El ghanés, que se piensa que es más bueno de lo que es con la pelota en los pies, volvió a perder un balón incomprensible. Darder gestionó la salida a la contra y filtró el esférico para el delantero de la selección, ante la pasividad de un Antonio Sánchez que, poco más, y le pone una alfombra al de Artà. Raúl de Tomás, en el mano a mano con un Sergio Rico empecinado en no salir de bajo los palos, envió el balón cruzado al fondo de la red (m. 41).

Para sorpresa de los incrédulos, Luis García orquestó su primer cambio al descanso. Dejó en el banquillo a Ángel Rodríguez y dio entrada a Abdón Prats. Una decisión que, a los pocos minutos se supo, no fue fruto de la estrategia, sino de la obligación por unos dolores en la espalda del futbolista tinerfeño.

Lo que se dice improvisar, al técnico bermellón no es que le guste excesivamente. Por ejemplo, hay algunas premisas que se cumplen sí o sí partido tras partido: La primera es que Kang In Lee no puede jugar nunca junto a Kubo. Está prohibido. La segunda es que Dani Rodríguez no puede empezar nunca un encuentro desde el banquillo. Esto es por decreto. Ley.

Así, ni los cambios que fue introduciendo Luis García, ni el juego que intentó proponer el Mallorca sorprendieron al Espanyol. Moreno leía los movimientos desde la banda, sin necesidad de realizar un gran esfuerzo mental y el Mallorca jugaba a lo de siempre, lo que viene siendo a nada.

El conjunto bermellón contabilizó una única ocasión en todo el segundo periodo y como no podía ser de otra manera, llegó gracias a un centro de Salva Sevilla y un cabezazo de Muriqi que obligó a Oier, sustituto de Diego López al descanso, a volar por los aires.

Y hasta ahí. Porque eso fue todo. El Espanyol se conformó con el resultado y decidió no hacer leña del árbol caído. Por su parte, el Mallorca regresó un nuevo partido sin puntos en la maleta. Con el pitido final, Moreno tomó el camino de vestuarios y no dio tiempo a Luis García para felicitarle, ni darle la enhorabuena por haber salvado ya a su equipo. Lo que le falta a él.

Ficha técnica

RCD Espanyol: Diego López (Oier, min. 46); Óscar Gil, Calero, Cabrera, Pedrosa; Vilhena (Vidal, min. 53), Herrera, Bare (Morlanes, min. 53), Sergi Darder; Raúl de Tomás (Loren, min. 85) y Embarba (Nico, min. 70).

Real Mallorca: Sergio Rico; Gio González (Fer Niño, min. 89), Valjent, Raíllo, Jaume Costa; Kang In Lee (Kubo, min. 59), Baba (Llabrés, min. 81), Antonio Sánchez (Salva Sevilla, min. 59), Dani Rodríguez; Ángel (Abdón, min. 46) y Muriqi.

Goles: 1-0: Raúl de Tomás (min. 41).

Árbitro: Muñiz Ruiz (Comité gallego).

Tarjetas amarillas: Jaume Costa (min. 8), K. Bare (min. 22), Muriqi (min. 35), Raíllo (min. 61), Morlanes (min. 81) y Aleix Vidal (min. 81).

Tarjetas rojas: No hubo.

Estadio: RCDE Stadium.

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