Diario de Mallorca

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Primera División

Radiografía de un descalabro

El Mallorca continúa su caída y exhibe ante el Celta en Balaídos todos los defectos que le han llevado a perder ocho de los últimos diez partidos y a dilapidar jornada a jornada la ventaja frente a los puestos de descenso, que ya solo está dos puntos de distancia

Dani, junto a Fran Beltrán. Salvador Sas

El Real Mallorca vive inmerso en un bucle de espanto del que no ve la manera de escapar. La dolorosa derrota en Vigo, la decimotercera del curso –ya casi ha perdido el 50% de los partidos de Liga–, agrava todavía más los defectos de un equipo que parece ir a la deriva y que, en base a groseros fallos tanto grupales como individuales, ya nota el aliento de los puestos de descenso sin mostrar un amago de reacción.

Tras un invierno duro, justificado desde dentro por las numerosas bajas y el covid, la alegría de las victorias contra el Cádiz y el Athletic se han confirmado como un espejismo. Ante el Betis un regalo de penalti les privó de sumar. Contra el Valencia la imagen fue buena, pero la mala suerte o mala puntería les impidió conseguir algo. Ya ante la Real Sociedad regresó la peor versión del equipo, maniatado y lejos del nivel exigible en Primera. Y este domingo en Balaídos, ante un Celta que no necesitó hacer nada para ganar, se confirmaron los peores presagios: la defensa es un paripé, el centro del campo no sabe a qué jugar y la delantera vuelve a estar abandonada. 

SIN DEFENSA

Cuatro goles regalados y ya son veintidós en diez partidos

Ya son 22 los goles que lleva en contra el Mallorca en los últimos diez partidos. Y con ejemplos como el de Balaídos se entiende el porqué. Con la excepción de Jaume Costa, que suele ser bastante regular en su rendimiento, tanto Maffeo, como Valjent y Raíllo, firmaron un desastre de actuación. Los centrocampistas tampoco ayudaron. 

El Mallorca atrás es un flan y los atacantes del conjunto vigués se encontraron con un jardín en el que campar a sus anchas. El primer tanto resume a la perfección cómo está el patio. Cervi remató al larguero y Galhardo, el único futbolista celeste en el área junto a siete bermellones, cogió el rechace y remató a placer. 

En el segundo, más de lo mismo. Disparo de Iago Aspas, él mismo cogió su rechace y encontró a un compañero sin marca, Denis Suárez, que disparó sin oposición. Y en el tercero, la misma historia. Centro al segundo palo, Gio no vio la llegada de Cervi y Aspas, llegando sin marca, chutó de volea al fondo de la red. Tres fotografías que dejan muy tocada a una defensa que, jornada tras jornada, va a peor. 

El cuarto gol, más allá de que fuera de penalti por una mano de libro de Valjent, llegó por la indolencia general de todo el equipo, que dejó al Celta tener el balón con un jugador menos. 

GOLES INOCUOS

Marcar tres goles a domicilio y no puntuar es inadmisible

El Mallorca ha tenido problemas para marcar desde principio de curso. Pero si te plantas en un partido a domicilio en el que consigues anotar tres –siendo uno en propia y otro con un penalti que no vio nadie– no es admisible irte de vacío. Los bermellones no pueden dejar escapar como hicieron un punto que se encontraron de rebote en las manos. Sin embargo, hay dos conclusiones positivas que se pueden extraer: que Jaume Costa es el mejor centrador del equipo cuando el juego está en movimiento (asistió a Gio González en el primer gol); y la segunda, tal y como se demostró en el tanto que supuso el 2-2, que tanto en faltas como en córners igual es hora de aparcar los saques en corto y apostar al 100% por el poderío aéreo de Muriqi, Valjent o Raíllo. 

CONFUNDIDOS

El sistema de tres centrales, un fracaso absoluto 

Sorprendió Luis García con su alineación. En una búsqueda para anular el juego ofensivo de los de Coudet y fortalecer la defensa, apostó por Maffeo, Raíllo y Valjent en el eje de la zaga, con Gio y Jaume Costa como carrileros. Y ni ellos ni los centrocampistas lo entendieron. El equipo fue igual de vulnerable que en otras ocasiones, pero es que además dio la sensación de no saber cómo colocarse, cómo presionar y cómo salir con el balón. En el minuto 66 Salva sustituyó al uruguayo y dio fin al experimento. Cuesta entender, más allá de la lesión de Galarreta, porqué se ha renunciado al sistema que dio el triunfo ante el Cádiz y el Athletic.

MALDITOS DESCUENTOS

Una vez más, los puntos vuelan cumplido el minuto noventa

Parecía un capítulo amargo que ya se había cerrado e incluso dado la vuelta tras conseguir el triunfo ante el Athletic en los instantes finales, pero ante el Celta se volvió a repetir la historia. Para más inri, en la última jugada del partido, porque ya no se jugó más tras el gol de Aspas desde los once metros en el 96.

El equipo acusa una falta de concentración y nervios impropios de un equipo de Primera. En la primera vuelta, dos tantos encajados entre el 92 y el 97 le privaron de la victoria en Mestalla. Y en el Reale Arena, un gol en el 90 de Lobete les dejó con cara de tontos. 

CAMBIOS QUE NO APORTAN

Fer Niño y Kang In, dos ejemplos a evitar saliendo del banquillo

En Balaídos fueron Fer Niño y Kang In, pero es una imagen que se ha repetido en multitud de ocasiones esta campaña. El banquillo no aporta soluciones cuando los del verde no funcionan. Tanto el delantero como el mediapunta salieron perdidos al campo, poco acertados y, además, escasamente solidarios en defensa. Lo habitual es ver a futbolistas con ganas de demostrar que merecen más minutos, no lo contrario. 

FALTA DE INTENSIDAD

«El equipo de mi hijo hace más faltas», dijo Luis García

Ya pasó ante la Real Sociedad el pasado miércoles y volvió a suceder lo mismo este domingo. La ausencia de faltas (solo ocho en todo el partido por 17 del Celta), que pueden ayudar a frenar el ritmo de juego del contrario o ayudar a recolocarse al equipo, es desesperante. Aspas, Brais Méndez o Denis Suárez no encontraron ningún obstáculo en el campo. Un equipo que sabe que cada punto es oro y lo que cuesta atraparlo no puede dejar con tanta libertad al equipo contrario. La falta de contundencia y de intensidad es alarmante. Dos de los goles del Celta llegaron tras contraataques que no fueron frenados a tiempo. Además, de nuevo se volvió a ver la imagen de jugadores andando tras pérdida, algo imperdonable para los aficionados.  

JUGADORES APAGADOS

Dani, Maffeo, Take... En su peor momento de la temporada

Son varios los jugadores que parecen necesitar una temporada en el banquillo para recuperar las ganas de competir en Primera. El caso más sangrante, por lo que fue y en lo que se ha convertido, es el del gallego. Enfadado consigo mismo, no le sale nada, ni en ataque ni en defensa. El de Betanzos necesita un descanso para volver a encontrarse, pero sigue siendo indiscutible para Luis García. Take Kubo sigue alternando un partido bueno con diez intrascendentes, mientras que Maffeo, de lo mejor del equipo todo el año, parece agotado físicamente. 

ADIÓS AL EFECTO MURIQI

Muriqi necesita a otro nueve a su lado para destacar

Aparte del hecho de que los equipos ya saben cómo contrarrestar la dictadura aérea del kosovar, Luis García le ha dejado solo en el ataque volviendo a apostar por tres mediapuntas. La imagen de Muriqui, corriendo de lado a lado para presionar, juntándose con los medios para tocar el balón y lejos del área no es entendible. Desde que Ángel, que se ha demostrado su mejor pareja, ha desaparecido del esquema, también lo ha hecho el ariete, que a su vez ha visto cómo el equipo ha dejado de buscarlo por alto en las inmediaciones de la portería contraria.  

LUIS GARCÍA

Su discurso pierde fuerza de cara a los aficionados

La realidad es la que es. Los números del Mallorca no engañan a nadie. Y es cierto que no se ha estado una sola jornada en descenso, el gran comodín empleado en la sala de prensa. Pero las sensaciones que transmite el equipo en el campo son horrorosas y parece que más temprano que tarde los bermellones estarán entre los tres últimos. El técnico madrileño, arisco ante las críticas, debe dar con la tecla para revertir la situación, el futuro del club va en ello.

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