Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fútbol sala

Luis García, en el punto de mira de los árbitros

El entrenador del Mallorca se siente perjudicado por los colegiados al considerar que le permiten protestar menos que a otros técnicos

Figueroa Vázquez muestra la tarjeta roja a Luis García, que no aparece en la imagen.

El tono de voz lo decía todo. Pura resignación. O frustración. O impotencia. O un poco de todo. Luis García no entiende que le volvieran a expulsar. Esta vez fue por gritar «tarjeta, tarjeta» en el partido ante el Valencia mientras tiraba una botella de agua al suelo fruto de su indignación tras una falta sufrida por uno de sus pupilos. Figueroa Vázquez no se lo pensó ni un segundo para acudir hacia él y mostrarle el camino del vestuario. 

Ya es la segunda vez esta temporada y la tercera desde que ocupa el banquillo de Son Moix. De hecho, según informa Xesc Ramis, autor del libro ‘Diccionario de jugadores del Real Club Deportivo Mallorca’, el madrileño ya es el entrenador que más veces ha visto la roja directa en los casi 106 años de vida del club -hasta 1969 no se mostraban tarjetas-. Y solo en 74 partidos. Y este dato llama todavía más la atención porque, precisamente, no es un entrenador que se caracterice por ser problemático con los colegiados. «Estoy hundido, no lo merezco», dijo tras caer ante los ‘ché’ (0-1).

No lloró, pero estaba visiblemente afectado porque considera que no le tratan como a algunos de sus colegas de profesión. Y no se cortó a la hora de dar nombres. «Llevo dos expulsiones en LaLiga, una por decir que no nos pitan ni una y otra por pedir otra tarjeta. Es difícil asimilarlo porque veo a otros entrenadores que hacen más que yo y no les expulsan. Son dos expulsiones que no me merezco, la de Cádiz es de risa. No es normal lo que me han hecho, no me dejan moverme. Pero es que he visto hasta al Cholo salir de su área técnica, a Xavi pegarle a uno en el pecho y decirle qué vergüenza…», reflexionó sin ponerse nervioso ni alzar el tono. Y no se equivocó al ilustrar su argumentación con esos ejemplos. Está en el punto de mira. O al menos así se siente el preparador, que tendrá que seguir dos encuentros más desde la grada cuando Competición confirme su sanción. «Pido disculpas porque no estaré con el equipo, esto es lo que más me duele», lamentó. Sabe de lo que habla. 

Este mismo curso ya fue expulsado en el duelo del Nuevo Mirandilla ante el Cádiz disputado en la primera vuelta (1-1). El colegiado Pizarro Gómez le enseñó la roja, tal y como puso en el acta, por gritar «¡no nos pitas ni una!». El club aportó unas imágenes propias en las que demostraba que esa expresión iba dirigida a Pedro Rostoll, su ayudante, y no al árbitro asistente. «No nos pita una», dijo. No obstante, Apelación desestimó el recurso y se mantuvo el castigo. García Plaza, en Segunda, también vio la roja ante el Sabadell en La Nova Creu Alta por protestar que solo se añadieran cuatro minutos al encuentro, aunque eso ya es otra historia.

Compartir el artículo

stats