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Resumen de la primera vuelta del Mallorca: Dudas en el ecuador de la Liga

El Mallorca concluye la primera vuelta de la Liga con veinte puntos y a cuatro del descenso, pero con un preocupante bajón en su nivel de juego que le ha llevado a solo lograr dos victorias en los últimos dieciséis partidos

Valjent se dispone a disparar ante el Barcelona.

El Real Mallorca puso punto y final a la primera vuelta de la Liga con derrota ante el Barcelona. A nivel estadístico, la realidad marca que los bermellones están por encima de lo esperado en verano, con veinte puntos en la tabla, a cuatro de unas posiciones de descenso que no ha pisado en toda la temporada, pero con la sensación de que ha dejado escapar a rivales y que debería llevar más puntos.

La progresión, de seguir así, dicta que el equipo logrará la permanencia. Pero no es menos cierto que el equipo ha experimentado un bajón de juego, al que no han ayudado las numerosas bajas que arrastra y el bajo nivel de muchos jugadores, que de continuar así hacen peligrar una permanencia en la categoría que parecía encarrilada tras las primeras jornadas. 

Los bermellones, que comenzaron de manera impecable, parecen haber perdido todo el ímpetu inicial, acumulando ya tres meses sin sumar de tres en Son Moix. Las bajas –hasta seis o siete por partido– han lastrado en exceso a una plantilla diseñada para lograr la permanencia. 28 goles en contra en 19 jornadas por 17 a favor. Ni se ha encontrado el delantero de referencia ni la defensa es sólida, empezando por la portería, que solo se ha quedado a cero una ocasión fuera de casa. 

Tan solo cuatro victorias espaciadas en el tiempo –dos en las tres primeras jornadas y otras dos en las siguientes dieciséis– es muy poco premio para un equipo que ha visto como hasta cinco puntos se le han escapado en el descuento. Veinte puntos es una cifra firmada por todos al inicio, pero la deriva que está cogiendo el barco empieza a ser preocupante mientras sus rivales parecen estar siguiendo el ritmo contrario. Los ocho empates que han logrado le han permitido mantener un colchón con los de abajo, pero cada vez es más pequeño y podría perderlo en una semana. 

El inicio de campeonato hacía presagiar un buen año para los bermellones. Empate ante el Betis en Son Moix (1-1), victoria a domicilio frente al Alavés (0-1) y triunfo ante el Espanyol en Palma (1-0). El mejor tramo de la temporada duró tres partidos. Después llegó la primera derrota del curso, en Bilbao (2-0), y un buen empate ante el Villarreal (0-0). 

La derrota más dura la registró en su visita al Santiago Bernabéu (6-1), seguida de otra ante Osasuna en casa (2-3). 

Tras vencer al Levante, el equipo cogía aire. Y después llegó el periodo de mirar con miedo la tablilla del cuarto árbitro. Derrota ante la Real Sociedad en el 90 (1-0) y empate ante el Valencia (2-2) en el descuento tras ir 0-2 en el minuto 92. Ante el Sevilla, último partido en el que el equipo estuvo bien, la suerte le sonrió en el 93 con un gol anulado a los de Lopetegui (1-1), mientras que ante el Cádiz un penalti inocente le privó de tres puntos en el 93 (1-1) y, frente al Elche, Maffeo salvó un punto al final (2-2).

Pero el equipo ya daba muestras de serios problemas. La victoria en el Wanda ante el Atlético (1-2) significó un subidón para el equipo y el mallorquinismo, pero todo parece haber caído en saco rato. Las duras derrotas en Vallecas (3-1) y Granada (4-1), los insípidos empates ante Getafe (0-0) y Celta (0-0) firmaron un final de año para olvidar. Ahora lo ocurrido ante el Barcelona confirma la tendencia negativa y una realidad: el equipo tendrá que fichar y mejorar para permanecer en Primera. 

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