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El Mallorca vuelve a hacer afición

El club abre las puertas de Son Moix dos años después a medio millar de seguidores para presenciar el entreno del equipo - El conjunto bermellón prepara el partido ante el Celta sin Maffeo, Baba y Greif, pero con Salva Sevilla

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Medio millar de aficionados disfruta de la jornada de puertas abiertas del Real Mallorca

A las 11 de la mañana, puntual, y entre aplausos. Así saltó ayer la plantilla del Real Mallorca, con nuevo uniforme, sobre el césped de Son Moix. Aclamados por su afición y loados por un Andy Kohlberg, presidente del club, quien como el buen turrón, regresa a casa por Navidad.

Tras casi dos años obligados a guardar distancias, ayer el equipo volvió a disfrutar de su familia en un evento que no fue un partido. La sesión preparatoria, a puerta abierta por primera vez desde que se decretara el estado de alarma el pasado marzo de 2020, estuvo aderezada por los cánticos del mallorquinismo, las sonrisas de los más pequeños y las bromas de los jugadores.

Con la mente puesta en el partido que mañana afronta el equipo frente al Celta de Vigo a las 21 horas en Son Moix, la plantilla rojilla se ejercitó a lo largo de una hora en un ambiente distendido, bajo una lluvia constante y acompañada por medio millar de aficionados que aprovecharon el día festivo para acudir al feudo del Camí del Reis y mostrar su apoyo al equipo.

«¿Qué hace Baba?», cuestionaba desde el graderío un joven curioso a su padre, durante el rondo inicial que el equipo realizó sobre el círculo central. «Pues parece que está tocado y por eso entrena al margen», le explicaba su progenitor, mientras el pequeño identificaba uno a uno a todos los futbolistas de la plantilla con una vista de lince: «Dominik tampoco está, papá». «Es verdad, no me había dado cuenta», le indicaba sorprendido.

El meta eslovaco y Pablo Maffeo fueron las dos grandes ausencias de la sesión. Ambos jugadores saltaron al verde para escuchar la charla de Luis García, pero posteriormente se dirigieron a los vestuarios y no entrenaron junto al resto de sus compañeros. Tampoco lo hizo Baba, a quien al menos sí se le pudo ver sobre el verde, ejercitándose al margen. La buena noticia fue poder ver a Salva Sevilla completar sin problemas la sesión.

Los pequeños disfrutaban porque, mientras veían cómo se ejercita un equipo de Primera División, aprovechaban los parones para fotografiarse con un Dimonió, alma de la fiesta, que no paró de pasearse por la Tribuna Cubierta del estadio haciendo las delicias de los jóvenes y no tan jóvenes mallorquinistas.

Abdón Prats recibió una merecida felicitación por cumplir años y Take Kubo y Kang In Lee fueron los más ovacionados por una afición que espera que este viernes ambos jugadores formen en el once inicial de Luis García. «Muy light veo yo este entreno», se preocupaba, no sin razón, una aficionada desde la grada, pocos minutos antes de las 12 del mediodía, momento en el que el técnico madrileño dio por finalizada la sesión. Sobre el césped volvió a comparecer Andy Kohlberg, quien durante varios minutos debatió con el director de fútbol del club, Pablo Ortells, e incluso cruzó alguna palabra con Luis García Plaza.

El Mallorca agradeció el esfuerzo de los aficionados que se acercaron ayer a Son Moix repartiendo una veintena de balones que los futbolistas lanzaron a la grada, algunos con más acierto que otros, para contentar a los pequeños de la casa. Incluso Brian Oliván recibió una pequeña reprimenda por parte del club por agasajar a los seguidores con una de las pelotas oficiales de los entrenamientos y no con las que la entidad rojilla tenía preparadas para la ocasión.

La plantilla y el cuerpo técnico del Real Mallorca regalaron a los suyos una bonita jornada que hacía mucho tiempo que no se vivía. Ni el frío ni la lluvia ni el viento pudieron con las ganas del mallorquinismo, que una vez más, respondió a la llamada del club.

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