Quique Sánchez Flores, entrenador del Getafe, desconfía de la mala racha del Mallorca, su rival de mañana en Son Moix, tras seis partidos sin ganar y caer ante el Rayo de forma dolorosa (3-1). «Son los estados de ánimo lo que cambian y en los equipos que no tienen la regularidad de ganar constantemente suele suceder. Los estados de ánimo van en función de los resultados y las urgencias a veces afilan el colmillo de los jugadores y a veces llegan más despiertos a los partidos. El fútbol es todo menos matemática pura», señaló.

El preparador azulón reconoció ayer que la victoria de la última victoria frente al Cádiz fue «una inmensa alegría». El Getafe se reencontró con la victoria la pasada jornada y abandonó la posición de colista, aunque sigue en descenso con nueve puntos, a dos de la salvación. «Al vestuario lo veo muy bien, con una gran predisposición de los chicos. Es un grupo inteligente, sabe cuáles son sus fortalezas, sus virtudes, pero también sus defectos, y en eso trabajamos siempre. El último resultado fue una inmensa alegría para todos y fue producto de muchas cosas que se hicieron bien, pero nosotros no podemos cambiar nuestra forma de entender el fútbol, como tampoco podemos cambiar nuestras necesidades, que siguen siendo las mismas», dijo Quique, en conferencia de prensa.

«Cualquier tipo de cálculo que vaya muy lejos nos quita energía y fuerza. Queremos jugar de igual a igual, ganar un partido nos deja en posiciones, no sé si cómodas, pero en condiciones de que no suponga un lastre para afrontar los partidos y estamos haciendo un esfuerzo grande para que llegue lo antes posible», comentó.

La llegada de Quique Sánchez Flores ha devuelto la ilusión a la afición azulona, que en el último partido coreó el nombre del técnico madrileño. «Lo asumo con cierta satisfacción y mucha humildad. Todos saben que el éxito desmedido debilita y mucho. Solo quiero que si generamos lo suficiente para sentirse querido es el mayor valor que tenemos. Aun así hay que darle el sitio que corresponde a cada uno y siempre pienso que los protagonistas son los que juegan», concluyó.