El Mallorca ha declinado opinar sobre la investigación abierta por la NBA sobre la conducta de su propietario Robert Sarver tras la publicación de ESPN de entrevistas a 70 empleados de los Phoenix Suns.

Los entrevistados por el medio de comunicación estadounidense describen un lugar de trabajo a veces tóxico y hostil de racismo y sexismo durante los 17 años de mandato de Sarver en Phoenix.

El club balear ha guardado un escrupuloso silencio sobre las acusaciones a su máximo accionista; ni los directivos ni el entrenador del primer equipo Luis García Plaza han emitido opinión alguna.

La historia del Mallorca en los últimos cinco años está muy vinculada a su máximo accionista, dueño también de los Phoenix Suns de la NBA.

Desde su llegada al club balear, en enero de 2016, Sarver y el resto de accionistas han invertido alrededor de 50 millones de euros para rescatar al club de la insolvencia económica en la que se hallaba, y situarlo en la Primera División del fútbol español tras varios ascensos consecutivos.

El financiero de Tucson (Arizona) llegó a Mallorca tras fracasar en su intento de comprar el equipo escocés Rangers Football Club. El dinero rechazado por el club británico -20 millones de euros- lo empleó en adquirir la mayoría de acciones de un Mallorca que entonces se debatía en un gran crisis interna.

Las diferencias entre los antiguos propietarios de la entidad mallorquinista no solo se debatían en los consejos de administración, sino que también se dirimían en los tribunales de justicia.

Sarver acabó de raíz con esos tiempo convulsos en la entidad balear aplicando un riguroso plan de saneamiento, que concluyó este año al saldar una deuda histórica -27 millones de euros- con los acreedores y Hacienda que obligaron al club a presentar un concurso de acreedores en junio de 2010.

"Business as usual" (negocios como siempre), era una de las frases predilectas del ex consejero delegado Maheta Molango, contratado por Sarver.

El Mallorca se impregnó de la cultura deportiva estadounidense vinculada a la NBA, hasta el punto que los nuevo propietarios ordenaron reproducir en las paredes de las oficinas del club en el estadio Son Moix la frase motivadora pronunciada por el famoso ex baloncestista estadounidense Michael Jordan: "Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pasará, otras hacen que suceda".

Sarver no suele desplazarse con mucha frecuencia a Mallorca. Ha delegado la gestión en el presidente y accionista, el ex tenista americano Andy Kohlberg y los directivos españoles Alfonso Díaz y Pablo Ortells.

El equipo dirigido por Luis García Plaza está situado en la mitad de la tabla y cuenta con jugadores de calidad contrastada -entre ellos el japonés Takefusa Kubo y el surcoreano Kang In Lee- para defender la permanencia en la máxima categoría del fútbol español.

En las dos últimas visitas de Sarver a la isla, el Mallorca ha sufrido sendas derrotas, ante el Real Madrid (6-1) en el estadio Santiago Bernabeú, y frente al Atlético Osasuna (2-3) en Son Moix.

Sufre con su equipo, pero también disfruta, como lo demostró en la fiesta del último ascenso a Primera de los bermellones. Sarver publicó en las redes sociales una fotografía en la que posa con el torso desnudo, una bufanda y un collar con el escudo del club balear.