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Fútbol

El VAR evita otra tragedia del Mallorca en el descuento

El Mallorca suma un buen punto ante el todopoderoso Sevilla gracias a que el colegiado anuló un gol por manos de Fernando en el último suspiro del encuentro - Los bermellones cuajaron unos fabulosos sesenta minutos, adornados por el tanto de Antonio Sánchez, pero los hispalenses lograron empatar con un golazo de Lamela desde fuera del área

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El VAR evita otra tragedia del Mallorca en el descuento (1-1) Manu Mielniezuk

 Ser aficionado del Mallorca es abonarse a finales de auténtico infarto. Anoche tuvo un desenlace feliz, porque este punto ante el todopoderoso Sevilla sabe a gloria, pero mejor que evite poner a prueba sus corazones. Los bermellones empataron en un duelo que empezaron ganando con un extraordinario juego, que los hispalenses lograron empatar y que, como si de una película de terror se tratara, ahora que se acerca Halloween, se le escapaba en el minuto 94:42. Pero el colegiado, a instancias del VAR, anuló por manos de Fernando el tanto de Ocampos que había llevado el horror a Son Moix. 

Los de Luis García Plaza cuajaron unos sensacionales primeros sesenta minutos, pero los visitantes demostraron después, sin hacer nada del otro mundo, por qué son uno de los grandes de la Liga. Les bastó con muy poco para hacer daño a un Mallorca que suma otro punto más hacia la permanencia. Este equipo ya acumula trece en once jornadas, muy pocos por los méritos que está haciendo, pero es evidente que está en el camino correcto para alcanzar la salvación.

La ovación que se llevó el equipo cuando finalizó la primera parte lo decía todo. La afición quiso agradecer la intensidad y buen juego de los suyos, que se fueron 1-0 al descanso aunque la ventaja podría haber sido mayor. El Mallorca volvió a demostrar, otra vez ante un clubes que están varios escalones por encima, que sabe hacer las cosas bien. Defendió bien, ordenado y mostrándose seguro. Y lo bueno es que en ataque supo generar peligro

A los cuarenta segundos Amath ya avisó con una excelente llegada que Antonio Sánchez no pudo culminar por culpa de Koundé. Fue toda una declaración de intenciones. El Sevilla, puro talento en todas sus líneas, dejó claro con sus ataques, como un tiro de Navas, que sabe hacer daño, pero la realidad es que los bermellones estaban siendo superiores. Dani Rodríguez probó fortuna sin suerte, pero después llegó el premio. Justo en el minuto 21, en el que el entregado público homenajeaba al lesionado Raíllo, el Mallorca se sacó de la chistera una fabulosa acción que finalizó en gol. Antonio Sánchez se estrenó en Primera División al recoger el balón suelto que había quedado tras una combinación entre Dani, Ángel y Amath, que había metido la pelota en el área y la zaga no pudo despejar. Un gol que llevó la euforia a Son Moix y que también es una recompensa para el futbolista formado en Son Bibiloni. 

El 1-0 era merecido, pero eso no significa que los hispalenses, muy incómodos, se vinieran abajo. Una mala salida de Reina estuvo a punto de costarle caro, pero la vaselina de Rafa Mir se fue desviada. Y Diego Carlos, con un cabezazo potentísimo, enmudeció al estadio, pero el balón se fue fuera por poco. Era todo un aviso de que nadie se podía relajar. Un tiro de Amath y otro de falta de Oliván evidenciaron que el Mallorca quería otro tanto. Y en la reanudación siguió con el pie apretado en el acelerador. 

Ser aficionado del Mallorca es abonarse a finales de auténtico infarto, aunque anoche tuvo un desenlace feliz

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Otra gran acción entre el propio Oliván y Antonio Sánchez culminó con el remate con la punta de la bota de Ángel, que provocó la parada de Bono. Y el delantero canario, que se está ganando ser indiscutible, estrelló el balón al palo en una jugada en la que volvió a demostrar su olfato. El tinerfeño no se lo podía creer. Y poco después lo volvió a intentar, pero su disparo se encontró a Bono, otra vez. Lopetegui movió el árbol y el panorama cambió sustancialmente. La entrada de Lamela, Delaney y Augustinsson le dio otro aire al encuentro y el Mallorca reculó. Eso se tradujo en un remate al palo de Rafa Mir, que rozó Reina de forma providencial, tras adelantarse a Oliván y después en un remate de Ocampos que atrapó Reina a tiempo. El susto todavía estaba en el cuerpo de los rojillos, que sabían que ante un adversario de tanta calidad siempre estaban expuestos a una genialidad. Y es lo que hizo Lamela, que se sacó un latigazo desde fuera del área que dejó congelado a Reina. Y lo peor es que quedaban diecisiete minutos por delante. 

García Plaza, que antes del tanto había dado entrada a Sedlar, introdujo a Jaume Costa, Fer Niño y Salva Sevilla. Había que hacer algo. El dilema era si firmaba el empate o buscaba el segundo, con el riesgo que eso suponía ante un Sevilla feroz. Y más con los últimos acontecimientos en la mente de todos. El duelo se tensionó, pero eso también supuso que apenas hubiera juego.

El colegiado Jaime Latre expulsó a un miembro del cuerpo técnico de los andaluces y le mostró amarilla a Lopetegui por protestar. Y en el descuento, Jaume Costa vio la roja directa por una patada a destiempo a Lamela que se podría haber evitado. Y cuando parecía que el choque estaba liquidado, llegó lo que solo esperaban los agoreros. Y no es porque no haya precedentes, pero la realidad es que en el minuto 94:42 el Sevilla marcara a través de Ocampos. Nadie se lo podía creer. Otra vez en el último suspiro. Como ante el Valencia y la Real Sociedad en las dos anteriores jornadas. Otra puñalada en el corazón. 

Pero el colegiado, después de unos minutos interminables, a instancias del VAR, lo anuló al considerar que Fernando se había ayudado con el brazo antes de centrar para que anotara el argentino. El 1-1 se mantenía en el marcador y Son Moix respiró aliviado. Sabía que se había salvado de un mazazo de dimensiones desconocidas. Visto lo visto, este punto es buenísimo.

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