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La noche más larga

La sala Azores del Hotel Silken Atlántida se convirtió en una discoteca para celebrar el ascenso

Russo, Antonio Sánchez y Amath vierten cerveza desde la habitación del hotel.

La expedición del Mallorca vivió a lo grande su noche de ascenso a la Primera División. La sala Azores del Hotel Silken Atlántida se convirtió en una improvisada discoteca para festejar el regreso a la elite del fútbol nacional. La música, entre reggaeton y ‘dance comercial’ sonó a todo volumen y las cervezas y el cava adquirieron su protagonismo en un momento inolvidable para el mallorquinismo tras la derrota del Almería en Cartagena (3-2) que garantizaba el salto a la elite de forma matemática a falta de tres jornadas.

Los jugadores celebraron el ascenso ante su hotel de concentración. | A. GUTIÉRREZ

Cánticos como «A Primera, a Primera» se repitieron una y otra vez y se podían oír desde la Avenida Tres de Mayo, una de las principales de la ciudad. A pesar de que debían afrontar el encuentro de ayer ante el Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López, la fiesta se alargó hasta bien entrada la madrugada del martes al miércoles en una velada en la que no faltaron los bailes de algunos de los jugadores menos vergonzosos, para jolgorio general. La complicidad que se ha reflejado sobre el césped también se evidenció en las celebraciones. «Ojo que hay partido», advirtió entre risas más de una vez el técnico Luis García Plaza, al que, por una vez, no le hicieron caso. El objetivo del curso ya estaba en el bolsillo.

Hubo algunos que se retiraron a tiempo en sus respectivas habitaciones para dormir, mientras que otros se reunieron alrededor de la cama para seguir festejando un éxito que quedará para siempre en sus retinas. Ayer por la mañana los futbolistas hicieron ejercicios de estiramiento en la azotea del hotel de cara al choque que tenían después. Que les quiten lo bailado.

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