La temporada 2002-2003 la acabó el Real Mallorca de manera brillante ganando la Copa del Rey y la había empezado en agosto adjudicándose el prestigioso Trofeo Carranza al ganar la final al Valencia en la tanda de penaltis con aquel Mallorca estupendo de Gregorio Manzano y jugadores como Etoo, Pandiani, Ibagaza, Harold Lozano, Riera y compañía. Fue una temporada entre Copas. Un preludio de la otra u otra como colofón a la primera. Digo esto porque en la visita del sábado al recinto de aquel trofeo, el estadio Ramón de Carranza, el Mallorca se dejó en el camino una victoria que en este momento de la temporada hubiera podido ser otro 'trofeo Carranza'. Con el marcador 0-1 gracias a un gol de Stoichkov en la primera parte y estando desde antes del descanso el equipo gaditano con un futbolista menos por expulsión, el Mallorca que dirige Vicente Moreno no pudo, o no supo rematar el partido. Tras tres derrotas seguidas fuera de casa, ganar en Cádiz era un trofeo, por los puntos y por la clasificación de la Segunda División, pero el equipo pecó de conservadurismo y un Cádiz a la épica acabó empatando y hasta con otro jugador menos y sin entrenador, ambos expulsados. Rematar la faena en momentos determinados es fundamental y aunque un empate en Cádiz es bueno, las circunstancias lo han convertido en menos bueno.
