La conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural ha autorizado, con una serie de prescripciones, la celebración, por segundo año consecutivo, del Reggaeton Beach Festival en una parcela de Can Picafort que confronta con la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Son Real, incorporada al parque natural del Llevant. Una resolución firmada el pasado 3 de mayo por la directora general de Medio Natural y Gestión Forestal, Ana Torres Riera, a petición del ayuntamiento de Santa Margalida, a la que ha tenido acceso este diario, «certifica» que la actividad «no tiene relación directa con la gestión del lugar Red Natura 2000 ni tendrá una afección significativa sobre el espacio siempre que se cumplan una serie de condiciones». 

La resolución complementa un informe técnico favorable que el servicio de Planificación al Medio Natural emitió el 29 de abril. Este dictamen analiza el documento ambiental presentado por el ayuntamiento de Santa Margalida en el que se evalúa el impacto acústico del concierto sobre las aves que habitan en la zona ZEPA y propone, como una de las «medidas correctoras más eficaces», la instalación de un limitador-registrador en todos los equipos de sonido para «controlar los niveles de emisión al mínimo imprescindible». 

Por otra parte, el promotor ha presentado un plan de limpieza que «detalla la ubicación, cantidad y tipo de contenedores así como la frecuencia de retirada y vaciado».

El informe destaca que la parcela donde se celebrará el concierto los días 13 y 14 de julio, con la presencia estimada de 20.450 personas (20.000 usuarios y 450 trabajadores), limita al este y al sudeste con el citado espacio protegido de la Red Natura 2000, que «engloba una gran diversidad de hábitats» y admite que la actividad «supone una molestia para las aves ya que el ruido puede interferir en la época de nidificación», si bien precisa que la «alteración» tiene un carácter «temporal». 

El documento ambiental entregado por el Ayuntamiento incluye un informe ornitológico realizado días después del concierto de 2023 en que se constata la presencia de diversas especies que «en julio todavía mantienen la fase reproductiva, si bien ya está al final». También informa sobre la población «elevada» que presenta la tortuga de tierra mediterránea y la presencia del sapo ‘bufo balearica, así como algunas especies de coleópteros y caracoles endémicos.

Este dictamen asegura que la «molestia o perjuicio» sobre la fauna puede producirse tanto por el ruido como por el acceso de la gente a las zonas boscosas del espacio ZEPA y en la propia parcela donde se celebrará el concierto.

Por ello, el último informe que autoriza la actividad impone las condiciones de prohibir la entrada al torrente de Son Bauló por la zona que confronta con la parcela, así como realizar una batida antes del concierto para «identificar ejemplares de tortuga mediterránea y llevarlos a las zonas boscosas». También insta a realizar un censo de aves y de fauna días después, cumplir las medidas del plan de limpieza y las prescripciones del estudio de impacto acústico.