Guillem Garí, lleva casi medio siglo al frente del restaurante Es Cruce de Vilafranca. Una cifra similar a los primeros años en que empezó a cocinar los tradicionales caracoles para el 25 de abril, día de Sant Marc. Durante los últimos veinte años Es Cruce, verdadero templo de este manjar en Mallorca, ha pasado de servir 50 kilos repartidos en raciones a más de 5.000 en la actualidad, repartidos entre el día antes, el día señalado y la jornada de después. Con una sonrisa, Garí comenta la expectación creciente: “Siempre hemos tenido caracoles en nuestra carta, pero en estos últimos años la demanda se ha disparado”.

Tal cantidad de caracoles equivale a su vez a un número abrumador de raciones, “entre 12.000 y 13.000, de las cuales aproximadamente la mitad se consumen aquí y las otras son para llevar”, recuerda. “Está claro que durante toda esta semana los caracoles son el plato estrella, y ya ni hablemos el día de Sant Marc, cuando la mayoría de clientes desayunan, comen y cenan caracoles, además de las colas que se forman para llevarse raciones, desde las siete de la mañana cuando abrimos hasta las doce de la noche”.

De toda la isla

El día de Sant Marc acuden al restaurante personas de toda la isla, ávidas de comer un caracol que, según cuenta la creencia, tiene cualidades curativas de primer orden, ayudando a guarecer de reuma o problemas circulatorios de distinta índole. “Todo ello acompañado también de entre 700 y 800 kilos de allioli”, otro récord anual.

El restaurante, conocido por su cocina autóctona a precios asequibles, se prepara para pues para recibir a una multitud ansiosa de probar los caracoles mágicos. La cocina de Es Cruce se convierte en un hervidero de actividad desde la madrugada, con cocineros encendiendo fogones y preparando las marmitas para cocinar los caracoles.

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FOTOS | Así se celebra Sant Marc en Es Cruce

Para preparar un plato de caracoles de 330 gramos en condiciones óptimas, la combinación de ingredientes es tan importante como el momento de echarlos a la cazuela y los tiempos de hervor. El menú, meticulosamente elaborado, incluye una combinación de ingredientes como botifarró, longaniza, carne magra, costilla de cerdo, cebolla, tomate y hierbas aromáticas. Cocinados con precisión para garantizar un plato de caracoles perfecto. El secreto, según Garí, está en saber el momento adecuado para agregarlos.

Tomeu Penya: "cada año vuelvo porque me gustan"

“Qui menja caragols per Sant Marc, gaudeix de bona salut de franc!”, reza el dicho. Una frase que parece seguir también uno de los vilafranquers más reconocidos dentro y fuera de la isla. El cantautor Tomeu Penya asevera que “cada año vuelvo porque me gustan. No lo digo por decir, és que aquí los cocinan muy bien. No sé si mejoran la salud, lo que sí sé es que estoy encantado de venir y disfrutar”.