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El ritual de elaborar hierbas mallorquinas

A finales del siglo trece, llegó a Mallorca el conocimiento de la destilación y las recetas a base de plantas se popularizaron

Proceso de elaboración de las ‘herbes’. J.P.

El ritual en Mallorca de hacer hierbas caseras ya sean secas, dulces o mezcladas, como otros productos elaborados a base de plantas variadas, raíces, desuella de árboles, hojas o flores forma parte de la tradición herbolaria de hace siglos. A finales del siglo XIII llega a Mallorca el conocimiento de la destilación y estas recetas a base de hierbas y plantas se popularizaron, pasaron a formar parte de la cultura popular y se empezaron a preparar en casa de manera artesanal, con recetas propias, personalizadas, que se tomaban como productos curativos, especialmente para combatir las molestias estomacales. Esta costumbre de tomar hierbas como una sustancia curativa provocaría un uso desmesurado de las mismas, hasta el punto de que el juzgado del Reino de Mallorca prohibió su consumo, y también que fueran recetadas por los médicos y boticarios, hasta que pasado un tiempo, se normalizara la situación y se levantaron las prohibiciones.

El escritor, periodista e investigador de la cocina mallorquina y otros temas, colaborador de Diario de Mallorca, Antoni Tugores Manresa (Manacor 1948) en su libro Los mejores platos de la cocina de Mallorca, habla de las hierbas mallorquinas diciendo: «El licor de hierbas de Mallorca es una bebida anisada, que se hace macerando hierbas aromáticas, muchas de silvestres, y que también se puede obtener mediante la destilación. Parece que las hierbas y el palo, la otra bebida autóctona, tienen el origen en los brebajes medicinales medievales que preparaban boticarios y monjes para combatir enfermedades y epidemias. No existe una fórmula única, sino que se pueden utilizar más de cincuenta variedades de hierbas y frutas; las más usuales son la herballuïsa, la hierba sana, el hinojo, la enebrina y la menta».

Estas recetas caseras se han mantenido generaciones tras generaciones hasta el punto que en muchas casas o lugares de fora vila, cada año, por el mes de mayo se siguen elaborando hierbas de manera totalmente artesanal, como es el caso, por ejemplo, del grupo ‘Hierbas grupo org’, creado por iniciativa de Josep Servera, un exdirectivo bancario de Santa Margalida, residente en sa Pobla, que, cuando se prejubiló, se dedicó, como pasatiempo, a cultivar su pequeña finca y se le despertó la curolla de hacer hierbas. Lo comentó a una serie de amigos, que se sumaron a aquella iniciativa, siendo actualmente unos sesenta los componentes del grupo, que desde el año 2007, se reúnen y comparten una jornada, podríamos decir festiva, para hacer sus propias hierbas.

Cuenta Pep Servera: «Nosotros hacemos las hierbas, cada año por el mes de mayo a la primera luna llena, que es cuando las hierbas están en su mejor momento de madurez y floración y presentan en el mejor punto sus propiedades. Las hierbas básicas son siete, si bien cada cual añade algún que otro ingrediente».

Los miembros de este grupo se citan en la finca Sa Rota des Cavallers, propiedad de Pep Servera, para cumplir con el ritual de hacer hierbas. Recuerdan que la jornada (que en su caso celebraron a mediados de mayo) empieza de buena mañana, sobre las 7, cuando las hierbas están todavía bañadas por el rocío, para cosecharlas y hacer manojos por variedades, y colocarlas extendidas encima de una larga tabla de madera en la sombra.

Después de merendar, empieza la tarea de ir poniendo las hierbas, una por una, dentro de las botellas que ha llevado cada uno de los participantes en la fiesta, para después llenarlas del anís seco y dulce, para hacer las hierbas más o menos fuertes, según el gusto de cada uno. Este año se unieron a la fiesta 19 participantes y embotellaron 75 litros de licor de hierbas mallorquinas, debidamente etiquetadas.

La receta Hierbas dulces

Por una botella de litro:

  • 1 flor de tila
  • ½ hoja laurel seco
  • 10 pétalos rosa blanca
  • 1 anís estrellado
  • 10 flores de limonera
  • 10 flores de naranjo
  • 3 hojas de menta o hierba buena
  • 3 hojas de olivo
  • 1 brote manzanilla silvestre
  • 1 brote hierba Lluïsa
  • 1 brote de mejorana
  • 1 brote de tomillo
  • 1 brote de hinojo

Las hierbas se introducirán dentro la botella por este orden, así evitaremos atascar el cuello. Se puede utilizar un brote grueso de hinojo para ayudar a hacerlas pasar hasta el fondo de la botella. Llenar la botella ¾ de anís dulce y el ¼ restante de anís seco. Dejar la botella absolutamente a oscuras, con el fin de que la maceración de las hierbas no pierdan color por la luz. Para que la maceración sea perfecta, han de transcurrir tres meses, antes de consumirlas.

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