El ayuntamiento de Pollença ha calificado este jueves de “caótico” el primer día de entrada en vigor de las restricciones de acceso del tráfico privado tanto a la playa como al faro de Formentor y ha denunciado la “falta de información” por parte del Consell de Mallorca sobre el funcionamiento de las limitaciones, ya que, según ha explicado la regidora de Turismo, Maria Buades, “no sabemos el motivo por el cual no se han puesto las barreras en el Port de Pollença”. Lo cierto es que durante toda la mañana (a las 10 horas se han iniciado oficialmente las restricciones que se mantendrán hasta el 30 de septiembre entre esa hora y las 22,30 de la noche) los coches privados han podido acceder sin ningún problema hasta la playa de Formentor. En la última rotonda del Port de Pollença en dirección a Formentor había un panel luminoso en el que aparece un punto verde que permite el acceso libre cuando todavía quedan plazas disponibles en los tres aparcamientos ubicados en el entorno de la playa y se vuelve de color rojo cuando todas las plazas están ocupadas.

Dos autobuses lanzadera recogen a turistas para llevarlos hasta el faro, este jueves a mediodía. J.Frau

Junto al aparcamiento grande de la playa, los operarios todavía trabajaban este jueves por la mañana en la instalación de una barrera que impide el paso en dirección al faro, donde solo es posible acceder en bus lanzadera, a pie o en bicicleta.

La política de restricciones por motivos medioambientales funciona entre la playa y el faro, pero no tanto entre el Port de Pollença y la playa, en cuyo trayecto se han producido a lo largo de la mañana diversos atascos, principalmente en el aparcamiento del mirador del Colomer, donde se han visto las habituales aglomeraciones de la temporada turística alta, y en la entrada del aparcamiento de la playa, donde en algunas ocasiones se ha formado una larga cola de vehículos.

Los buses lanzadera recogían a los turistas que esperaban en la playa para ser conducidos al faro de Formentor. En este sentido, otra queja del Ayuntamiento se refiere al servicio de transporte público. Buades asegura que los buses, que tienen el punto de partida en el puerto de Alcúdia, “ya van completamente llenos cuando pasan por el puerto de Pollença, y ya no pueden parar a recoger a nadie más”.

Un año más se han producido escenas de confusión entre los conductores, que al llegar a la última rotonda del Moll de Pollença se preguntaban si podían pasar libremente o bien serían objeto de multa en caso de no haber solicitado permiso con tres días de antelación. En este sentido, los informadores ubicados tanto en el Port ‘pollencí’ como en el acceso a la playa de Formentor aclaraban que entre el puerto de Pollença y la playa se podía pasar sin haber solicitado permiso previo siempre y cuando el semáforo digital estuviera en verde. En caso contrario, el colo rojo indica que los aparcamientos están llenos en la playa y que ya no se puede pasar en vehículo privado. Si a pesar de ello alguien decide acceder a la carretera, los lectores de matrículas registrarán el vehículo y este será multado.