Seis proyectos empresariales en el ámbito rural han recibido el Premio Rural’Up, unos galardones organizados por Mallorca Rural y que reconocen con 1.500 euros cada uno de los programas distinguidos. El premio a la joven emprendedora ha sido para Sara Lechuga con Fil de bosc, un proyecto que pretende garantizar la soberanía alimentaria y la gestión sostenible de las tierras de cultivos creando jardines comestibles con los que se busca promover la alimentación de calidad a pie de puerta y la transformación de residuos agrarios en recursos, de manera circular.

En premio al relevo generacional lo ha conquistado Ponç Cloquell con Flor de figa. Se trata de una pequeña explotación agrícola ecológica y ganadera que ha reintroducido el cultivo de higueras de secano. La explotación además ofrecerá productos derivados del higo, tanto frescos como en conserva.

En el capítulo de variedades locales, el premiado ha sido Joan Jordà por la creación de la cooperativa vitícola dirigida a pequeños productores de vinos de alta calidad. Olimpia López Zabel ha sido la mujer emprendedora distinguida por Terrapeutas, un proyecto que transforma jardines de casas privadas en espacios de abundancia natural y ofrece formación sobre reforestación y mantenimiento de variedades mediterráneas que puedan crear reservas de agua y reactivar el ciclo de vida en el subsuelo.

El premio para la circularidad ha sido para Lucía Curti por Lombriz urbana, un proyecto de vermicompostaje. Finalmente el galardón al proyecto innovador se lo ha llevado Faustino Villanueva por Más de la vid, un programa de economía circular que quiere aprovechar al máximo los subproductos del vino con el uso de los residuos de la producción como biofertilizantes o productos nutricionales.