La conselleria de Medio Ambiente ha dictado una resolución mediante la que se incrementa en un 23 por ciento, aproximadamente, el precio del metro cúbico de agua desalada destinado al riego de los campos de golf de las islas. De esta forma, el precio pasa de 1,4562 euros por metro cúbico (mil litros de agua) a la cantidad de 1,9051 euros, sin contar los impuestos. La nueva tarifa fue publicada ayer en el boletín oficial, por lo que ya ha entrado en vigor.
En los últimos diez años, el precio del agua desalada que deben pagar los campos de golf prácticamente se ha duplicado. En mayo de 2013, el consejo de administración de la Agència Balear de l’Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua) aprobó la tarifa de un euro por metro cúbico de agua desalada procedente de las instalaciones de Alcúdia y Andratx.
Tres años más tarde, en 2016, las tarifas fueron revisadas y quedaron fijadas en 1,4562 euros el metro cúbico, el precio que ahora acaba de actualizarse otra vez hasta casi alcanzar los dos euros, coste que ha sido propuesto por Abaqua y autorizado por la dirección general de Recursos Hídricos, que tiene las competencias sobre las concesiones de agua desalada.
En este sentido, el gerente de Abaqua, Guillem Rosselló, explica que los campos de golf están obligados a regar las instalaciones con aguas procedentes de las depuradoras y que solo en determinados casos puntuales pueden tener acceso al agua tratada en las desaladoras de Andratx y Alcúdia.
Rosselló apunta que el destino prioritario del agua desalada siempre es la población, aunque el Govern puede otorgar concesiones a los campos de golf «siempre y cuando estos no tengan acceso a las aguas depuradas». Actualmente, todas estas infraestructuras deportivas deben nutrirse exclusivamente de aguas depuradas, aunque se contemplan determinadas excepciones. Y es que en el caso de que las aguas procedentes de las depuradoras no sean suficientes para regar un campo de golf, este puede solicitar al Govern una concesión para recibir también agua desalada, aunque sólo en invierno.
Ventas «residuales»
El gerente de Abaqua recuerda que el campo de golf de Alcúdia consumía habitualmente agua procedente de la desaladora, pero «dejó de comprarla cuando tuvo acceso a las aguas depuradas». Actualmente, las ventas de líquido tratado en las plantas desaladoras son «residuales», apunta Guillem Rosselló, pero eran frecuentes durante la pasada pandemia, cuando las depuradoras de la isla funcionaban a medio gas por la ausencia de la población flotante, por lo que los campos de golf tenían que recurrir al agua desalada para el mantenimiento de las instalaciones.
El incremento del precio del metro cúbico de agua es fruto de un estudio elaborado por Abaqua en base a los costes de producción del líquido desalado. En este caso, la subida está «justificada» porque, según explica Rosselló, el coste de la energía necesaria para poner en funcionamiento las desaladoras se ha disparado «una barbaridad». Además, la reposición de equipos también es muy costosa y en algunos casos hay piezas como bombas o membranas cuyo precio se ha incrementado en un 50 por ciento.
El riego con agua potable está prohibido desde 2016
El riego de los campos de golf de las islas con aguas subterráneas está prohibido en Balears desde el pasado año 2016, cuando el Govern aprobó un plan de hacer frente a situaciones de sequía como la de ese año. Por aquel entonces, este tipo de instalaciones deportivas suponían el 4 por ciento del consumo de agua en Balears.
A pesar de ello, se han producido diversos casos de campos de golf que han incumplido la citada prohibición y han sido sancionados por utilizar agua subterránea. Durante la pasada legislatura se multó a tres campos de golf con sanciones que casi alcanzaban el millón de euros.
Hace unos meses, este diario informó que los campos de Camp de Mar, en Andratx, y Son Gual, en Palma, han recurrido las sanciones impuestas por el Govern en la pasada legislatura por, presuntamente, haber usado agua subterránea.
