El incivismo de las pintadas callejeras tiene un precio. No sólo desde el punto de vista del daño estético, sino también económico. El año pasado, la empresa pública Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) se tuvo que gastar más de 140.000 euros en limpiar los grafitis en los diferentes convoyes, la mayor cifra de los últimos tres años. SFM interpuso medio centenar de denuncias por este motivo.

Los importes destinados por la empresa pública a reparar el perjuicio provocado por estas pintadas vandálicas reflejan que, en los años de la pandemia y el confinamiento obligatorio, se produjo una reducción en este tipo de actividades incívicas. Así, en 2020, SFM sufrió daños por este concepto por un total de 80.995 euros. Ese año, tramitó una treintena de denuncias. El año siguiente, la cifra de daños aumentó a 91.574 euros (38 denuncias). 

El pasado mes de abril, se produjo una sentencia ejemplarizante contra un autor de pintadas contra el patrimonio ferroviario de Mallorca. Un juez condenó por un delito contra el patrimonio histórico al autor del grafiti de la estación de tren de Sóller en Palma, una sentencia de la que existen pocos precedentes en la isla.

14 meses

La condena impuesta al grafitero se elevó a 14 meses de multa a razón de cuatro euros diarios con responsabilidad personal subsidiaria de privación de libertad de un día por cada dos cuotas impagadas. También obligó a indemnizar a Ferrocarrils de Sóller con 7.680,74 euros más el interés legal y el pago de las costas. La asociación conservacionista ARCA colaboró con la causa en el juicio, advirtiendo de los daños y perjuicios que provocan sobre la imagen de la ciudad y su patrimonio.

La entidad agradeció en ese momento la actuación policial «que sirvió para iniciar el camino que ha permitido esta respuesta penal», al tiempo que celebró también la labor de la fiscalía y de la judicatura

Se da la circunstancia además de que, a principios de este año, una actuación policial desarticuló un grupo organizado que se dedicaba a viajar a Mallorca y otras ciudades de España para realizar grafitis en los trenes. 

La operación posibilitó el arresto de 14 personas, todas ellas relacionadas con lo que mediáticamente se conoció como ‘turismo de grafiti’. De estos individuos, tres de ellos fueron detenidos en Palma. 

Pesquisas policiales

Las primeras gestiones policiales se iniciaron precisamente en Mallorca, después de las sucesivas denuncias presentadas por los grafitis que se realizaban en distintos trenes que circulaban por la isla, en un periodo de tres años.

La Policía informó de que la identificación de los sospechosos había sido muy complicada, por el hecho de que iban estableciendo su residencia en distintas localidades del país. 

Además, muchos de ellos se desplazaban desde el extranjero. Estos viajes tenían como único objetivo realizar estas pintadas en los trenes.

En el caso de Mallorca, estos jóvenes extranjeros se desplazaban a la isla, para permanecer durante varios días. Realizaban grabaciones de este viaje e incluían acciones en las que realizaban dibujos en los vagones y en los trenes que circulaba por la isla.

No sólo se vieron afectados los vehículos que pertenecen a los Servicios Ferroviarios de Mallorca. También se esclarecieron delitos de daños cometidos en trenes que circulan por Madrid, Barcelona, Aragón, Castilla y León, Cantabria, Navarra y Murcia. Todos estos convoyes pertenecían a Renfe y a Transportes Metropolitanos de Barcelona.

Cuantía de los daños

Según informó la Policía en ese momento, teniendo en cuenta sólo los daños causados al realizar pintadas en Mallorca estos ascendieron a aproximadamente unos 70.000 euros. Interpol y el Centro de Inteligencia Contra el Crimen Organizado (CITCO) colaboraron en la investigación contra este grupo.