Mano dura contra la fiesta náutica en la Colònia de Sant Jordi. El GOB insta a la conselleria de Medio Ambiente a investigar y sancionar a los infractores de la fiesta náutica que congregó hasta 18 embarcaciones durante la noche del domingo a lunes y que impidió el descanso de los vecinos de toda la primera línea del núcleo turístico. De hecho, los propios residentes denunciaron que los ruidos se prolongaron durante toda la noche. 

Las 18 embarcaciones estaban ancladas entre el puerto y la playa del Dolç. Por ello, el GOB recordó que se trata de una zona de especial protección dentro del ámbito del archipiélago de Cabrera. 

La entidad ecologista puntualizó que la ley 5/2005 de conservación de los espacios de relevancia ambiental prohíbe en los espacios de relevancia ambiental la realización de fiestas y actos multitudinarios en embarcaciones con música o que alteren sensiblemente los niveles sonoros naturales del enclave, así como que perturben el descanso de las personas.

«Consideramos que esta fiesta incumplió las determinaciones de la LECO y, por lo tanto, los hechos son constitutivos de infracción administrativa», defiende el GOB, que insta a la conselleria de Medio Ambiente a llevar a cabo la pertinente investigación para identificar a los infractores e iniciar los correspondientes procedimientos sancionadores.

Cabe recordar que los vecinos denunciaron que la noche del domingo al lunes fue intempestiva con la música a todo volumen sin parar un solo instante. «Era lo único que nos faltaba: convertir los puertos de Mallorca en discotecas», lamentaba una vecina de la zona a través de sus redes sociales.

La fiesta montada en las embarcaciones causó indignación al ayuntamiento de ses Salines, que trasladó los hechos tanto a la Guardia Civil como a Demarcación de Costas para evitar que vuelva a suceder.