El Puerto Portals del futuro se estrenará definitivamente en verano del año que viene, mostrando una obra singular: un restaurante con vistas panorámicas, piscina de horizonte infinito y un diseño «rompedor» que sus promotores guardan celosamente para no desperdiciar el efecto sorpresa. Situado en la escollera que da a la playa del Oratorio, este local, por cuya gestión ya se han interesado grandes empresas, significará la culminación de unos cinco años de obras de remodelación en el recinto portuario, que han supuesto una inversión total de más de 30 millones de euros.
Esa reforma se enmarca en el proceso de la actualización de la concesión por un periodo de 35 años. Como contrapartida por esa ampliación hasta el año 2053, el puerto se comprometió a hacer inversiones en sus infraestructuras, tareas de mejora que se llevan haciendo desde 2018, y que ya han implicado actuaciones como la construcción de un aparcamiento subterráneo con sendos edificios en la parte superior para albergar oficinas, bares, restaurantes o tiendas náuticas, entre otros negocios.
A la hora de referirse a estas obras, el director de Puerto Portals, Álvaro Irala, pone especial esmero en que quede claro que se trata de un «proyecto de remodelación y mejora». «No ampliamos nada», subraya Irala, durante una conversación con este diario. Quiere ahuyentar así posibles suspicacias medioambientales, ante las actuaciones que se están llevando a cabo. «El objetivo que perseguimos es la mejora del puerto: ofrecer a los usuarios y visitantes un buen servicio. Somos un puerto abierto, un puerto sin puertas. Tenemos todo tipo de públicos», sostiene.
Cuando se le pregunta por esa fama de puerto elitista que lleva asociada desde sus inicios -fama alimentado por los veranos de celebrities varias-, Irala responde: «Nosotros tratamos siempre de diversificar. Cuando abren nuevos restaurantes, buscamos que haya un poco de todo. Aquí puedes comer en un restaurante estrella Michelin, pero también un menú del día con otros precios. Además, hay que tener en cuenta que el 80% de los amarres del puerto son para embarcaciones de menos de 15 metros».
Uno de los emblemas del Puerto Portals se está construyendo en estos momentos. Se trata de un restaurante, con filosofía de beach club, en la escollera situada al lado de la playa del Oratorio. Irala explica que ya hay numerosas empresas interesados en llevar la gestión de este local, que los gestores del puerto aseguran que será «muy llamativo», en consonancia con la línea estilística más bien sobria que caracteriza al resto del puerto. Contará con una piscina infinity y un solárium de 500 metros cuadrados.
Irala subraya el «desafío» logístico de acometer obras durante un lustro manteniendo el puerto abierto. «Ha sido muy difícil», concede. Entre los proyectos que se están realizando figura la instalación de una planta desalinizadora en el aljibe del puerto «para minimizar el consumo de recursos naturales», explica Irala. Su capacidad de producción ascenderá a 180 metros cúbicos de agua al día. El alto consumo eléctrico de este tipo de instalaciones se compensará con la colocación de placas solares en la cubierta de los edificios colindantes, «donde no hay impacto visual», detalla el director del puerto.
Campo de boyas
De cara al futuro, Puerto Portals se encuentra trabajando en la actualidad en una propuesta para la administración autonómica, a fin de habilitar un campo de boyas ecológicas en el exterior del puerto que da a las playas residenciales delante del delfinario. Las embarcaciones que allí fondean se cuentan por decenas. El objetivo, apunta Irala, sería regular esa situación y, con ese campo de boyas, darles cobertura de servicios (como pueda ser la recogida de basuras) desde la instalación portuaria.
Otra de las actuaciones previstas que dará un nuevo aire a la instalación portuaria es la peatonalización de la línea marítima que empieza delante de una conocida pizzeria de la zona. El paseo contaría con vegetación y nuevos servicios.
Además, se derribará y volverá a construir el pantalán número uno, que presenta cierto deterioro estructural. En estos años, también se ha hecho una obra parecida en el pantalán dos. Estos son los dos únicos que soportan un tráfico rodado, de ahí su situación estructural. Al igual que se ha efectuado en el número dos, apunta Irala, en el uno y en los demás pantalanes se instalará un sistema para evitar vertidos en el mar, mediante unos tubos de aspiración por vacío. La fecha en que todas estas obras deben estar acabadas es el mes de junio de 2024.
Desde 2018
El próximo verano, de esta forma, el puerto estrenará su fisonomía para al menos las tres próximas décadas (la concesión expira en 2052). Desde 2018, el puerto ha acometido otros trabajos ya finalizados, como el refuerzo de la escollera y del talud colindante con los edificios residenciales; la remodelación del varadero, habilitando una parte del antiguo para un aparcamiento subterráneo con 200 plazas y dos edificios para oficinas y locales; y un programa de rehabilitación para dotar de eficiencia energética a las construcciones, que en su mayoría datan de los orígenes del puerto, en la década de los ochenta.
remodelación.
