Nuevo frente de conflicto en la carretera Ma-10. Un colectivo que se hace denominar «Voltors negres» ha denunciado la concentración nocturna de coches y motos en la explanada del Mirador de Ses Barques con el único fin de dar «gasadas» para molestar. Los denunciantes afirman que estas concentraciones a medianoche se producen cada vez que existe un pronunciamiento público de afectados o autoridades que reclaman medidas para combatir a las carreras «furtivas» que tienen como escenario la carretera que atraviesa la Serra de Tramuntana para realizar competiciones ilegales.

El colectivo «Voltors negres», además de calificar a los participantes a estas concentraciones nocturnas de «abusadores», denuncian las molestias que generan a los vecinos las escandaleras «con el pedal del gas a fondo» y que también perjudican a las especies animales protegidas de la Serra. Aseguran que estas «gasadas» se producen a medianoche y durante unos cinco minutos. El colectivo lamenta las molestias que estos gestos provocan e insisten en denunciar los problemas que generan las concentraciones y carreras ilegales en torno a esta problemática carretera.

Los denominados «Voltors negres» ponen de manifiesto los peregrinos argumentos que utilizan los pilotos para realizar las carreras tales como que es para ellos «practicar un deporte» o que «como son pagadores de impuestos, tienen todo el derecho a hacer uso de la carretera como nos plazca», a fin de practicar lo que ellos denominan deporte.

Por otra parte, las denuncias por este tipo de actos han quedado recogidas en un documental que ha elaborado Alejandro Dioscórides bajo el título Circuit Tramuntana que aborda la problemática de la carretera que atraviesa la Serra en cuanto a las carreras ilegales de motos y coches.

«Yo pago mis impuestos»

El documental pone en duda el nivel de educación de los pilotos que usan la Ma-10 como circuito ilegal de carreras.

Además de asegurar que por el mero hecho de pagar impuestos se subrogan el derecho de utilizar la carretera como les «plazca», algunos aseguran que «la manera de practicar mi deporte va contra la ley, contra los equilibrios ecológicos, contra la salud pública y pone la vida de los usuarios responsables en peligro constante... Muy bien. Y a mí qué me importa, si yo pago mis impuestos». Estas y otras afirmaciones de la misma categoría forman parte del trabajo Circuit Tramuntana, del que el colectivo de afectados aseguran que es una «clara prueba de cómo se ventilan estas cuestiones desde las instituciones».