El hospital de Inca inauguró ayer una exposición que combina expresión artística y salud mental. La muestra incluye un total de 21 obras creadas por Carmen Casero Córcoles, auxiliar de enfermería del departamento de Psiquiatría del complejo hospitalario, que inició su aventura artística como una terapia para los pacientes pero que, al final, también ha servido para liberar su propia mente del día a día hospitalario y para que aflore un gran talento en la puesta en práctica de la técnica llamada quilling o filigrana, un arte nacido en el Renacimiento consistente en hacer figuras con papel enrollado.
La afición surgió durante el trabajo con pacientes de salud mental. «No podíamos usar objetos punzantes, y empezamos a experimentar con el papel para hacer manualidades como pendientes, murales...y después la imaginación hizo su trabajo», explica Carmen, que por ahora se ha especializado en la reproducción, mediante la citada técnica artística, de diferentes órganos del cuerpo humano, pero también de personajes de ficción. Los pacientes «responden muy bien, es muy gratificante», asegura.
Hace solamente unos dos años que esta trabajadora hospitalaria empezó a aficionarse a esta expresión artística y ahora ya protagoniza su propia exposición, aunque precisa que la faceta artística ya le viene de familia.
Su intención es seguir experimentando con esta técnica y llegar a exhibir sus obras fuera del ámbito hospitalario. De momento, ha donado algunas de sus creaciones al hospital, mientras que otras están en venta.