Fin a la manga ancha. El pleno del ayuntamiento de Sóller ha aprobado esta semana una nueva ordenanza municipal que regula los servicios de la recogida de basuras y de limpieza viaria con la que incrementa el importe de las sanciones económicas a las que tendrán que hacer frente los infractores.
A modo de ejemplo, abandonar los excrementos de animales de compañía en la vía pública pasa de tener una sanción de 60 euros a una multa que podrá oscilar entre los 750 y los 1.500 euros. Además, este tipo de infracción pasa de ser considerada leve a grave.
Así lo recoge el nuevo texto legal que fue aprobado por la mayoría absoluta de los partidos que forman parte del Consistorio en el que han trabajado en los últimos meses para dar forma a la nueva normativa. La redacción de la nueva ordenanza viene a actualizar la que todavía está en vigor y por la necesidad de introducir en la norma la recogida separada de todas las fracciones de residuos que progresivamente irá implementando el municipio a partir de finales de año.
Sanciones más caras
El régimen de sanciones que contempla la ordenanza, que estos días entra en exposición pública para que puedan presentarse alegaciones antes de que entre en vigor, también aumenta el castigo a una infracción que también es muy frecuente en Sóller: el abandono de objetos voluminosos en la calle. Si hasta ahora en el peor de los casos los infractores podían ser multados con 300 euros de sanción, a partir de ahora las personas que abandonen este tipo de objetos se enfrentarán a sanciones que, al igual que las de heces de animales domésticos, podrán oscilar entre los 750 y los 1.500 euros por ser consideradas infracciones graves.
También dentro de este grupo se incluyen hechos tan habituales como sacar el perro a los parques infantiles, pintar grafitis, el abandono de vehículos y embarcaciones tanto en espacios públicos como privados o la evacuación de aguas residuales en la calle. Las infracciones muy graves, que pueden ser sancionadas con multas de hasta 3.000 euros, engloban aquellas situaciones que supongan el abandono de residuos peligrosos en la calle y otros hechos que pongan en peligro a las personas o al medio ambiente, entre otros.
Durante la sesión en la que se aprobó la norma, los representantes de los distintos grupos municipales destacaron la participación que han tenido en su redacción y el impulso que supone a la recogida selectiva de residuos. Catalina Pizà (Podemos) destacó que la futura norma fomentará más el reciclaje, mientras que Laura Celià (Més) apuntó que «no es la mejor ordenanza, pero es una herramienta positiva». Jaume Mateu (PSOE), que se abstuvo, anunció que presentará alegaciones para hacer una norma «más ambiciosa».
Desde el grupo municipal de El Pi, Jaume Bestard destacó el trabajo para actualizar las normas municipales, mientras Sebastià Aguiló apuntó que la norma «es una hoja de ruta para empezar a trabajar». Desde el PP, Carlos Darder destacó que era una norma en la que «se ha hecho mucho trabajo y ha sido consensuada».
