La floración de los almendros de Mallorca se ha retrasado este año más de un mes, demorando la imagen más típica del invierno en los campos de la isla.
Las causas principales de esta demora son la ausencia de frío en Mallorca durante prácticamente todo el otoño y primeras semanas del invierno y las escasas lluvias, que no aparecieron de forma importante en la isla hasta la primera semana de febrero, dejando más de 350 litros acumulados en la Serra de Tramuntana, aunque en el resto de la isla la precipitaciones fueron mucho más escasas.
"El almendro es un frutal criófilo, lo que significa que para florecer necesita acumular horas de frío, entendiendo horas de frío por debajo de los siete grados centígrados", explica el ingeniero agrónomo Eduardo Morlans. "Y durante este otoño y lo que llevamos de invierno el tiempo en general ha sido muy templado y seco, salvo algún episodio puntual, de ahí el retraso significativo en la floración, todavía muy parcial a finales de febrero", explica el especialista, que también subraya que la floración temprana del almendro no significa que el árbol vaya a dar un mejor fruto, más bien al contrario, matiza. Y recuerda el refrán mallorquín: "Flor de gener no omple el paner".
Por este motivo, la ausencia de frío y las escasas lluvias, la floración de los almendros de la isla es todavía parcial, por zonas, con campos ya completamente blancos y otros en los que los árboles siguen completamente pelados o incluso todavía mantienen sus hojas verdes, siempre dentro de un proceso que se produce en los tres primeros meses del año y que es el primer signo de la llegada de la primavera en los campos de Mallorca.
Una invitación para recorrer las rutas de los almendros
La floración de los almendros viste los campos de Mallorca de tonos blancos y rosáceos e invita a salir de excursión a disfrutar de los paisajes, si el tiempo acompaña.
Para hacerlo es recomendable visitar la Serra de Tramuntana. La ruta que desde Selva a Moscari es otra posibilidad. En esta zona centro-oeste de la Isla, se pueden recorrer pueblos como Marratxí, Bunyola o Santa Maria. También se puede encontraar hermoso paisaje de flores en los alrededores de Sencelles, Inca, Lloseta, Selva o Moscari.
Los amantes de la fotografía pueden aprovechar la zona de Llucmajor, donde ya hay muchos campos florecidos y se puede parar tranquilamente a capturar imágenes. En Manacor, Sant Llorenç o Son Servera, también se puede disfrutar este paisaje.
El monasterio de San Salvador, la Ermita de Bonay o el Puig de Randa, son enclaves privilegiados para contemplar esta tradicional estampa de Mallorca que la plaga de la Xylella ha puesto en peligro.
Para quien viva en Palma y quiera pasar una agradable jornada en familia, sin tener que desplazarse demasiado, puede optar por las plantaciones de es Secar de la Real o en Son Espanyol. También desde el polígono de Son Castelló hacia Son Sardina se puede observar un inmenso campo de almendros en flor, aunque todavía hay ejemplares que todavía no han brotado.
