La construcción más sostenible edifica su futuro. Así, la arquitecta y diseñadora de interiores, Susanna Thomas, y el diseñador de interiores, Gabriel Santos, del despacho Santho están construyendo su casa en el centro de Sóller que se convierte en un claro ejemplo de una construcción más sana, natural y respetuosa con el medio ambiente. Y es que el concepto de bioconstrucción va afianzando sus bases en la isla. De hecho, Balears es un referente junto a Navarra, País Vasco, Cataluña o Madrid, ya que según desvela Eduardo Ramos, técnico de materiales de bioconstrucción y mano derecha de Thomas y Santos a la hora de asesorar en los materiales constructivos para lograr una casa más sana, las islas están entre las primera comunidades en apostar por una construcción más ecológica.
De hecho, la arquitecta confiesa que han apostado por crear una vivienda saludable para «a base de pruebas y errores» tener de primera mano un ejemplo que mostrar a los futuros clientes. No duda en sentenciar que los extranjeros son los que más demandan este tipo de viviendas. Y es «por puro conocimiento».
Demanda
En este punto, el bioconstructor y delegado en Balears de la Plataforma de Edificación Passivhaus, Eduardo Ramos, interviene para dejar claro que la demanda «funciona por zonas». Así, explica que en la Serra la mayor demanda de un sistema constructivo más saludable y ecológico proviene de extranjeros pero, en cambio, en la zona del Pla de Mallorca, Llucmajor, Campos o Manacor es el propio mallorquín quien apuesta por ello. «Tengo un negocio de distribución de materiales ecológicos para la construcción y se nutre en un 90% de demanda local», asegura Ramos, que resume que el perfil es el de una pareja que quiere crear su hogar con «un concepto más respetuoso». Ramos también apunta que aunque el estereotipo de vivienda eficiente se asocie a una casa nueva, se puede extrapolar a cualquier construcción, incluso, cuando se haga una rehabilitación parcial.
«La bioconstrucción forma parte de nosotros», admite Gabriel Santos, que determina que lograr una «vivienda sana» es el resultado de utilizar todo un conjunto de materiales más ecológicos. Así, la armonía de una vivienda está en los componentes.
Soluciones
Entre las diferentes soluciones de bioconstrucción utilizadas está el hormigón celular, los aislamientos térmicos y acústicos con corcho natural expandido, aislamientos de fibra de madera o tejidos reciclados como el algodón. Se ha apostado por estructuras de madera, placas de fibra de yeso fermacell para las paredes divisorias, madera para los acabados y materiales de superficie como el aterracado de cal o pintura de cal. Además los sistemas de instalación están adaptados al bajo consumo energético. En el caso de la vivienda sollerica, resume Thomas, la estructura está hecha con hormigón celular, los aislamientos exteriores son de fibra de madera mientras que los forjados se componen de vigas de madera y corcho. Además, añade Santos, en el techo hay una cámara de aire que contribuye a la ventilación de la vivienda, una vivienda que cuenta con un sistema de recuperación de calor, que lo que permite es filtrar e introducir aire filtrado a la casa las 24 horas.
«El concepto de vivienda eficiente siempre debería de ir acompañado del concepto de vivienda saludable», apunta Eduardo Ramos. «Ellos han apostado por ejemplificar un proyecto que pueda ser visible y tocarlo. En el que se puedan apreciar materiales sanos en un concepto de casa eficiente o lo que solemos llamar y que ya está en boca de todos en el mundo de la arquitectura, el concepto de vivienda biopasiva», razona Ramos, que se explica. Se trata de «una vivienda con un consumo energético muy reducido (un 70% menos de energía que una vivienda convencional) y esta eficiencia pasiva de la vivienda se logra con materiales saludables, ecológicos que, dentro de la medida de lo posible, sean kilómetro cero y con una huella ecológica reducida». Se trata, añade, de materiales como, por ejemplo, el ladrillo cocido o bloque de tierra compactada. En general, prosigue el experto en bioconstrucción, «entendemos como elementos saludables todos aquellos aislamientos ecológicos como el corcho natural, la fibra de madera, el algodón reciclado, morteros de cal o de barro o pinturas transpirables sin compuestos orgánicos volátiles».
