El Firó de Sóller de este año será más ruidoso que el de 2022, en tanto que el Ayuntamiento alquilará armas de fuego simuladas para cubrir el vacío de las escopetas y devolver la fiesta a la situación anterior que había antes de la entrada en vigor en 2020 de la prohibición de usar armas de fuego real en recreaciones históricas.
El Consistorio y los colectivos englobados en la Coordinadora Onze de Maig han empezado a trabajar en los preparativos de la fiesta que este año contará con un número concreto de armas de fuego. El municipio ha fijado en 28 las armas de fogueo que se utilizarán durante la fiesta, según han informado esta semana la concejala de Participación y el alcalde, Mar Castañer y Carlos Simarro, respectivamente.
A partir de las reuniones que la Villa ha mantenido con los colectivos, el Ayuntamiento alquilará tantas espingardas que hagan falta para llegar al número máximo de 28 armas simuladas. Así, en un principio Castañer prevé que en el Firó salgan 14 trabucos y otras 14 espingardas, aunque el número de estas últimas podría incrementarse para sustituir a los trabucos que permanecen averiados. Con todo, el alcalde ha apuntado que «el máximo de armas de fuego será de 28 en total, fruto de la suma de trabucos y espingardas». El municipio ya ha contactado con una empresa especializada que se dedica al alquiler de estas piezas que imitan a las armas de época que se utilizan en otros simulacros como el de Pollença.
Otro de los pasos que llevará a cabo el municipio será el de reunirse con los técnicos de la delegación del Gobierno en Balears para poder concretar algunos aspectos legales relacionados con el Firó «para evitar que hasta el día antes del Firó no se autorice el uso de la pólvora y las armas de fuego», ha señalado Simarro, quien ha explicado que en esta reunión también se concretará el peso total de la pólvora que podrá adquirir el municipio para ser detonada con las armas simuladas.
Nuevo plan de seguridad
Otro de los aspectos en los que trabajan los técnicos municipales es el de la redacción de un nuevo plan de seguridad para la fiesta. El que estuvo en vigor hasta el año pasado «ha quedado obsoleto» y por eso «hay que actualizar con el fin de incorporar los cambios que se han hecho y adaptarlo a la normativa actual», ha precisado Mar Castañer, que ha incidido en que «la prioridad será la de garantizar la seguridad de los espectadores y participantes».
Uno de los aspectos que se abordará en próximas reuniones con colectivos y organismos oficiales será el cambio conceptual de la fiesta como tal. Castañer ha explicado que «técnicamente el Firó está catalogado como una fiesta religiosa, lo que limita el uso de las armas simuladas», un hecho que el Ayuntamiento prevé que se pueda cambiar para suavizar las limitaciones actuales.
