Prevenir para evitar males mayores. Éste es el mensaje de alerta que ha lanzado el Govern a los municipios, a los que ha pedido que empiecen a prepararse ante un «previsible escenario de sequía» este verano. No es una proyección descabellada, teniendo en cuenta que, el pasado verano, varios municipios de la isla se vieron obligados a adoptar restricciones ante la escasez de agua. Artà y el Pla de Mallorca son las zonas que más preocupan a día de hoy.

«No podemos afirmar todavía que sufriremos sequía este verano, pero los datos son los que son y las administraciones tenemos la obligación de avanzarnos a situaciones que puedan perjudicar a la ciudadanía», manifestó el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, tras una reunión convocada por la dirección general de Recursos Hídricos con la Federació d’Entitats Locals de Balears (Felib).

Actualmente, según los datos aportados por Medio Ambiente, las reservas hídricas de Balears se encuentran al 55%. La cifra representa un aumento respecto al mes anterior, pero la Conselleria advirtió de que la última vez que se registraron niveles similares, en el año 2015, se tuvo que aprobar un plan especial de actuación en situación de alerta y eventual sequía del archipiélago.

17 y 22 meses

El Govern recordó que municipios de Artà y del Pla de Mallorca llevan en situación de prealerta de sequía 17 y 22 meses, respectivamente. Para abordar esta situación, la directora general de Recursos Hídricos, Joana Garau, ha convocado una mesa técnica con estas localidades para estudiar medidas con las que afrontar esta situación.

A día de hoy, aún hay 36 municipios que no han presentado a la Conselleria su plan de gestión sostenible del agua, explicó Garau, quien defendió la necesidad de tener aprobados estos «instrumentos de planificación en situación de escasez».

Las herramientas con que cuentan los municipios para paliar la escasez de agua son varias, según recordó Medio Ambiente. En este sentido, el conseller Mir habló de la importancia de reducir las pérdidas en las redes municipales, mientras que Garau reclamó a los municipios que tengan preparados pozos de reserva y las «infraestructuras que sean necesarias» para evitar situaciones como las del año pasado.

En temporada alta, se dieron casos de un incremento tan elevado de la demanda que no se pudo garantizar el suministro en algunos lugares de la isla. Artà, por ejemplo, llegó a realizar cortes de agua por las noches. Campos prohibió el uso de agua potable para llenar piscinas y Manacor redujo a la mitad el riego en zonas ajardinadas municipales, además de limitar el tiempo de los temporizadores de agua para limpiarse los pies en las playas urbanas.

«El Govern trabaja para poner a disposición de los municipios los recursos necesarios para que estos puedan ejecutar las mejoras necesarias que optimicen la disponibilidad del recurso»

El ayuntamiento de Deià, asimismo, redujo a la mitad el caudal que suministra a la red de abastecimiento de agua potable como consecuencia de una sequía persistente que había dejado las reservas hidráulicas en «mínimos históricos». 

Este municipio registró un incremento del consumo de agua que se cifró entre un 35 por ciento y un 40 por ciento por encima del que hubo en el año 2019. «El Govern trabaja para poner a disposición de los municipios los recursos necesarios para que estos puedan ejecutar las mejoras necesarias que optimicen la disponibilidad del recurso», argumentó Mir, en declaraciones recogidas en una nota de prensa.

La reunión de ayer con la Felib dejó las críticas de alcaldes del Partido Popular, que lamentaron que Mir les convocase para hablar de un tema tan importante como el abastecimiento de agua, pero que «sólo se presentase para saludar, ya que no se quedó a la reunión», dijeron.