La asociación conservacionista Arca ha reclamado en una nota de prensa que la Plaça Major de Caimari conserve sus características actuales tras el proceso de reforma que pretende ejecutar el ayuntamiento de Selva.  Esta institución ha presentado un anteproyecto de «transformación» de la plaza que implica una recreación de las ‘marjades’ características de la Serra de Tramuntana, un proyecto que, según Arca, es «inaceptable» porque «implica la despersonalización del lugar neurálgico de Caimari».

El Ayuntamiento ha solicitado una subvención al Consell de Mallorca de unos 380.000 euros para ejecutar el proyecto de reforma de la Plaça Major. En este sentido, Arca cuestiona el hecho de que acceder a una subvención pública pueda tener como consecuencia la «pérdida de carácter y patrimonio paisajístico», ya que «una plaza de un pueblo debe ser producto del consenso de la población y no un impulso de novedad para aprovechar una subvención».

Según el colectivo, la idea de transformar la plaza con ‘marjades’ «parece una visión urbanita de trasladar el campo a la ciudad», pero que en el caso de Caimari «es especialmente absurdo» porque el pueblo y el paisaje de ‘marjades’ reales «son indisolubles». «Una plaza no es un espacio ajardinado para que quede guapo, es donde se desarrollan los actos sociales y los privados, el mercado, las reuniones con las amistades, acontecimientos públicos y vivencias personales vinculadas a unas piedras y a un paisaje», añade la asociación, que lamenta la pérdida de «demasiadas plazas emblemáticas en Mallorca» como la de Selva, donde una reciente reforma ha provocado una «despersonalización innecesaria».

Arca reclama que la intervención en la plaza «sea la mínima necesaria para dotarla de accesibilidad y recuperar el ‘aljub’» existente en el subsuelo.

Cabe recordar que el ayuntamiento de Selva presentó a los vecinos de Caimari el anteproyecto de reforma de la plaza en un acto celebrado el 8 de noviembre en el que se produjeron muchas críticas al diseño elaborado por una empresa externa. A raíz de la oposición vecinal, el Ayuntamiento ha decidido ahora encargar un segundo proyecto «más conservador con la fisonomía actual» de la Plaça Major.